No es la primera vez que Finzi Pasca viene a Uruguay. Hace 20 años vino a Montevideo a presentar Ícaro luego volvió en varias oportunidades. En Uruguay también presentó Donka, un homenaje a Chéjov, y Rain, en el Teatro Solís.
Entrevistado por No toquen Nada, Pasca explicó que su teatro busca conmover y no entretener. En sus puestas, los artistas son ligeros y su trabajo pretende dar un abrazo de amor a quien lo vea.
Finzi Pasca tiene 49 años y está vinculado al teatro desde que era niño. Comenzó estudiando gimnasia artística y afirmó que lo suyo no son los payasos sino el teatro de clown. “Una de las mayores diferencias es que el clown trabaja por almas enfermas, se enfrenta al público y el que está enfrente puede tener miedo, estar herido". Sin embargo, la persona no necesita necesariamente de una alegría sino de soñar. "Son gestos llenos de abrazos. Me gusta mucho emocionar al público, conmoverlo".
La obra incluye en escena un telón pintado por Salvador Dalí en 1940 para el montaje de la obra Tristán e Isolda en Nueva York, con música de Richard Wagner. “Dalí era un hombre teatrero. Un provocador. Luego de algunas giras, el telón se guarda en los baúles de algún teatro o de algún coleccionista. No se sabe”, relató.

Hace tres años, una fundación lo adquiere y le propone utilizarlo en escena. “Darle vida no en un museo sino en un teatro. Allí donde nació y fue concebido”, recordó.
El artista aceptó enseguida y quedó fascinado con el telón de 10 metros por 15 metros. “Nos aventuramos en ese mundo extraño donde el sueño se vuelve materia presente. Había elementos en este gran telón que representan a Tristán e Isolda que tenían un vínculo con temas muy queridos para mí como el velar, el desvelar esa petrificación del sueño”. Explicó que en el caso de Dalí muchas veces es oscuro. Sin embargo en sus puestas “el sueño es más luminoso, más ingenuo y más angelical”, sostiene.
En esa ingenuidad y luminosidad está el riesgo. Finzi dijo que éste forma parte de la acrobacia y que el espectador lo siente.
En sus ensayos suelen haber niños, hijos de los amigos y de actores. “Me fascina ver dónde se enganchan y en dónde no”. En el teatro, explicó, es difícil no perder la atención. Cuando uno actúa “hay momentos que pueden quedarse muy profundo en la memoria del espectador” y “actuar con niños lo hace evidente porque ellos no necesitan camuflar su desconcierto por respeto al actor”.
Las entradas se venden en la boletería del Sodre o en Red Uts y los precios van desde 500 a 1500 pesos. Las funciones son de martes a viernes, a las 20:30 horas, el sábado a las 15:00 y 21:00 horas y el domingo a las 15:00 horas.
El telón de Dalí estará en exposición para el público del 6 al 11 de mayo, entre las 11.00 y las 17.00 hs, en la sala Eduardo Fabini del Auditorio Nacional del Sodre.