Mientras los jugadores festejan sin excesos la clasificación, Álvaro Recoba se va de la cancha sin saludar a ningún compañero, con un evidente malhumor. El Chino se enojó en la última jugada del partido porque Gustavo Munúa salió despavorido del arco para retar a todos.
Más allá de los gestos y los reclamos, notorios y subidos de tono, al golero le asistía razón. Desde el comienzo hasta el final de la jugada sus compañeros hicieron todo mal y si Oriente no concretó un gol que hubiera eliminado a Nacional, fue por la falla en la definición.
Nacional clasificó al grupo más complicado de la Copa y si, además de los dólares que recibirá, quiere hacer un buen papel en el torneo, deberá mejorar en todos los aspectos. Sobre todo en el defensivo, donde el equipo no dio la talla ni en Santa Cruz ni en Montevideo.
Pasó a Oriente porque jugó mejor en la revancha y, sobre todo, porque aprovechó detalles puntuales de la llave que inclinaron la balanza, pero ni por asomo se mostró como un equipo sólido.
En el Parque salió Nacional a avasallar. Pelusso dejó el 4-2-3-1 que utilizó en todos los partidos anteriores y dejó a Nicolás Prieto en el medio, adelantó a Maxi Calzada y colocó a Richard Porta cerca de Alonso. Esto mejoró la imagen ofensiva del equipo porque Alonso no quedó tan aislado en el área rival.
Luego de 10 minutos que fueron todos del Tricolor, Oriente hizo pie en la cancha. Se animó a hacer circular la pelota y Nacional empezó a tener problemas para generar riesgo. En ese momento apareció la rutilante figura de Prieto. Su presencia en la mitad del campo permitió a Nacional mantener la intensidad y la presión alta que proponía el equipo.
Sobre los 18 llegó el 1 a 0. Tras un impresionante tiro de 30 metros de Prieto, el arquero mandó al córner. El centro lo conectó Alonso para igualar la serie.
Con esa tranquilidad Nacional encaró el resto de la primera parte. Oriente tampoco se mostró muy decidido a atacar pero cuando lo hizo evidenció los problemas defensivos del Tricolor.
La segunda parte la jugó mejor Oriente Petrolero. Pelusso salió con Gastón Pereiro por Richard Porta pero los de Tabaré Silva supieron siempre cómo jugar y lograron establecer las condiciones del juego.
Nacional no tenía clara la forma de vulnerar el arco rival hasta que De Pena, a los 73, sacó un tiro débil y bajo y el golero Carlos Arias hizo todo lo demás.
Ahí Nacional ganó en claridad ofensiva y tuvo espacios para liquidar. No lo hizo. Y en la última jugada el centro de los bolivianos heló la sangre de todos en el Parque. Los hinchas contuvieron la respiración por un instante. Hasta que vieron que la pelota no había entrado de milagro.