La ciencia que falta en la educación

La cuarta edición de la Escuela Latinoamericana de Educación, Ciencias Cognitivas y Neurociencias reúne durante dos semanas a reconocidos investigadores de todo en mundo en Punta del Este. Estas escuelas intentan consolidar y ampliar un espacio interdisciplinario que busca tender puentes entre las neurociencias (estudio de la estructura y las funciones del sistema nervioso) y las ciencias cognitivas (disciplinas que estudian la adquisición, manejo y construcción de conocimiento; el “hexágono cognitivo” está compuesto por la lingüística, la psicología, la antropología, las neurociencias, la filosofía y la informática).

Actualizado: 17 de marzo de 2014 —  Por: Redacción 180

La ciencia que falta en la educación

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Una de las consecuencias de ediciones anteriores de esta Escuela Latinoamericana de Educación, Ciencias Cognitivas y Neurales (se le llama así a la reunión que realizan una vez por año), es una investigación realizada por científicos uruguayos de la UdelaR y de EEUU que relevó indicios de mejora en los rendimientos en pruebas de matemática en niños de seis años a partir de entrenamientos aplicados con tablets del Ceibal.

El psicólogo Alejandro Maiche y el biólogo Juan Valle-Lisboa, trabajaron junto con investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos y tomaron como referencia 800 niños de 10 escuelas de Montevideo, de distintos contextos socioculturales, que fueron estimulados con ejercicios especialmente diseñados para las tablets.

Partieron de la teoría de que los seres humanos -incluso algunos animales-, tienen una capacidad innata de estimar cantidades, y en el caso de los humanos esta capacidad estaría vinculada con los "ladrillos" que son la base de las aptitudes matemáticas y lógicas que los niños desarrollarán al crecer. “De alguna manera tiene que ver con las posibilidades que después desarrollamos para aprender la matemática simbólica. Dicho de otra forma, parece que un buen entrenamiento en esa capacidad de estimación, que perfectamente se puede dar a los tres, cuatro, cinco años, porque no necesita sumar, ni restar, ni nada, es una capacidad perceptiva en algún sentido y se relaciona con cómo te va a ir a vos en la matemática”, explicó a No Toquen Nada el psicólogo Maiche.

Primero realizaron pruebas para medir las capacidades matemáticas de los niños al inicio y luego aplicaron seis sesiones de entrenamiento con juegos que tendían a la capacidad de estimar. Un mes después, volvieron a medir resultados con las pruebas que se habían aplicado al inicio.

“El efecto que tuvo nuestro programa de entrenamiento fue en algunas cosas muy positivo y en otras no ha habido efecto y trabajaremos sobre ello para el año que viene”, manifestó Maiche. Los investigadores aclararon que los resultados obtenidos hasta ahora deben manejarse con cautela ya que falta mejorar los controles para poder hacer afirmaciones más sólidas sobre las razones que llevaron a la mejora de los rendimientos.

Lo que sí se observó fue una mejora acentuada en las pruebas finales de los rendimientos en los segmentos medios y bajos de la muestra.

Los resultados se presentron este viernes 14 en el “Día Ceibal” de la Escuela, bajo el nombre de “Juego de estimación, ladrillos para el aprendizaje de la matemática a los 6 años”.

La Escuela

La Escuela Latinoamericana de Educación, Ciencias Cognitivas y Neurociencias reúne a investigadores de los más destacados del mundo en áreas de educación, cognición y neurociencias. En esta ocasión se juntan en Punta del Este desde el 10 hasta el 22 de marzo.

“El objetivo en general de la Escuela es crear una comunidad de investigadores en América Latina pensando en estos temas, bien conectadas entre ellas y con el mundo”, mencionó el biólogo Juan Valle-Lisboa.

Argentina, Brasil y Chile fueron los países sede en las anteriores ediciones, pero este año se decide realizar en Uruguay en parte, gracias a la particularidad uruguaya del Plan Ceibal, que es un proyecto que llama especialmente la atención en esta comunidad.

Según estos científicos, el desarrollo y la participación de investigadores de este espacio interdisciplinario (donde se encuentran psicólogos, neurocientíficos, biólogos, físicos y médicos, entre otras orientaciones) podría ayudar a cargar de ciencia debates y políticas públicas que, en muchos casos, carecen de fundamentos sólidos o desconocen aportes que la ciencia ya ha realizado respecto a las formas en que el ser humano asimila y construye conocimiento.

“Hay muchos temas de los que discutimos en Uruguay y muchas veces no sabemos demasiado al respecto, de los aspectos cognitivos de la educación en Uruguay, no sabemos demasiado de los aspectos neurobiológicos de las drogas, no sabemos demasiado de los temas de la violencia”, ejemplificó Valle-Lisboa.