Recoba desata el éxtasis

Nacional le ganó a Peñarol 2 a 1 con dos goles en la hora. Antonio Pacheco de penal adelantó al aurinegro pero Sebastián Fernández y Álvaro Recoba, en las dos últimas jugadas del partido, revirtieron el resultado. El Tricolor le sacó 14 puntos a Peñarol en el Apertura. Escuchá los goles y el final del partido en #futbolx180.

Actualizado: 09 de noviembre de 2014 —  Por: Diego Muñoz

Recoba desata el éxtasis

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Hay clásicos que quedan marcados a fuego. El que se jugó este domingo es uno de ellos. Cuando el cuarto árbitro levantó el cartel para indicar que se jugarían cuatro minutos de descuento Nacional estaba 1 a 0 abajo. Cuatro minutos después Nacional estaba 2 a 1 arriba.

¿Qué pasó en ese lapso? Pasó que este equipo tricolor lustró la chapa de campeón que venía exhibiendo desde hace varias fechas. La actitud de Nacional cambió 180 grados respecto del cuadro que no podía ganar los partidos importantes y en este Apertura goleó a Defensor, Danubio y River. Ahora tenía que confirmarlo frente a Peñarol. Y no había mejor manera de hacerlo que cómo lo hizo.

Primero subió todo el equipo, Gustavo Munúa incluido, a cabecear, Diego Arismendi ganó por arriba, Seba Fernández le dio mordido y en la línea Alonso ayudó a que entrara. Luego, lejos de quedarse conforme con el empate, buscó en otro pelotazo la última posibilidad. Y cuando Cristian Ferreyra pitó falta Recoba acomodó la bola con la certeza de los que saben el final de la película.

El Chino hizo estallar al 70% del Centenario con un remate sensacional y sumó otra página en su historia de redención con la hinchada. Desde que volvió a Nacional fue protagonista de todos los triunfos conseguidos por el equipo.

Los goles de Nacional y el final en #futbolx180

Peñarol quedó desnudo, sin nada, más hundido que nunca. De un triunfo que tenía al alcance de la mano a una derrota lapidaria, cruel, ilevantable. El Carbonero está en ruinas y su rival de siempre fue el responsable de ahondar la herida. Nada más doloroso.

Antes de los descuentos, el nivel del clásico fue mediocre. Salieron los dos equipos a jugar con sus esquemas habituales y pocas ideas. Ambos estuvieron erráticos con la pelota en los pies, faltos de claridad y reiterativos para atacar.

La pelota vivió en las alturas, viajó de un área a otra sin pasar nunca por la mitad de la cancha. En medio de la escases, Nacional lució algo mejor. Plantado algunos metros más adelante que su rival, buscó por las puntas de forma insistente. Por la izquierda apostó a la velocidad de Carlos De Pena y por la derecha a los balones profundos para Iván Alonso.

El fondo de Peñarol se mostraba más consistente que en los últimos partidos para marcar pero tan inseguro como siempre para sacar el balón jugado. Nacional apretaba a Pacheco y Marcelo Zalayeta, quienes no disponían de espacio para maniobrar, entonces Jonathan Rodríguez quedaba demasiado perdido en ofensiva.

El segundo tiempo ofreció otra demostración de que el fútbol son momentos, instantes. Depende de que el equipo lo sepa aprovechar. Jonathan Rodríguez robó una pelota en el medio de la cancha y avanzó hacia el arco para terminar el contragolpe con un tiro que Munúa desvió. Del lateral posterior llegó la incursión de Diogo Silvestre al área y el penal bien cobrado por Ferreyra.

Pacheco anotó el 1 a 0 a los 12 minutos.

El nerviosismo se apoderó de los jugadores de Nacional que se malhumoraron en el campo. Por el contrario, Peñarol se sintió cómodo y tuvo su mejor pasaje en el juego. Tanto que Japo Rodríguez se perdió el segundo al definir mal un cara a cara ante Munúa.

Pero en medio de la desorganización que era el equipo dentro, apareció Gutiérrez. Sereno, cauto, metió tres cambios en el mismo momento: puso a Recoba, a Sebastián Taborda y a Sebastián Fernández. Además modificó la estructura del equipo, pasó a jugar con línea de tres al retrasar a Arismendi a la zaga y adelantar a Romero al medio.

Fossati también hizo cambios con la diferencia que estos metieron el equipo demasiado atrás. Primero sacó a Pacheco para poner a Marcel Novick como rueda de auxilio de Sebastián Píriz y más tarde puso a Darío Rodríguez por Diogo Silvestre.

El clásico se picó y Ferreira reprimió. Primero expulsó bien a Damián Macaluso con diez minutos por jugar y cinco minutos después exageró con la roja a Romero.

El Centenario era un pandemónium. Migliore y Taborda discutían, los técnicos protestaban, la gente se enloquecía. Hasta que llegaron los cuatro minutos de descuentos en los que todo Nacional dio una muestra de su resistencia a claudicar y Recoba desató el éxtasis.