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Wanderers quiso ser fiel a sí mismo, intentó mantener la postura, buscó ser tan osado como el partido se lo permitió, pero Boca tuvo las riendas durante los 90 minutos. Las diferencias de estatura, de juego asociado y de capacidad individual fueron demasiado importantes en la noche de La Bombonera.

Siempre tuvo el partido bajo control Boca. Armado para pelear la Libertadores, con un Lodeiro genial y un Osvaldo hecho una estrella de Hollywood, los de Arruabarrena controlaron pelota y balón.

Con proyección de sus laterales, delicado trato de balón en el mediocampo, Lodeiro suelto para crear y tres puntas, la postura ofensiva de Boca complicó a Wanderers desde el primer minuto. Intentó el Bohemio no pararse demasiado atrás, impedir que el rival lo obligara a retroceder, cuidar la pelota lo más que pudiese. Cuando pudo lo hizo. Pero fue poco tiempo.

Sin ansiedad, el Xeneize trabajó el partido por abajo y se aprovechó de la fragilidad de su adversario por arriba. Lodeiro, Osvaldo y Torsiglieri ganaron de cabeza en el área de Wanderers pero no le acertaron al arco. Fue a los 33 cuando Komar, sustituto del lesionado Burdisso, afinó la puntería y Boca se puso en ventaja.

Cuando Riolfo sacó del medio, casi en una jugada de fútbol 5, corrió con la pelota, la pasó a Gastón Rodríguez y fue a buscar la devolución. Cuando recibió sacó un tiro que se metió en el arco con la invalorable complicidad de Agustín Orión.

El inesperado empate le dio ímpetu a Wanderers en los minutos posteriores. El equipo salió del ahogo al que lo sometía el rival y se paró varios metros por delante del arco de Burian. Pero antes del final del primer tiempo Boca sacó rédito de nuevo del juego aéreo. Lodeiro abrió la pelota, Colazo la envió al área y Osvaldo se transformó en el chico de la tapa.

El gol impactó en el Bohemio, que se salvó del tercero de milagro antes del entretiempo.

La segunda parte fue bastante menos tensa para Wanderers. Con la ventaja, Boca manejó la pelota sin apuro. A un toque, con visión de campo, Lodeiro hacía jugar a un equipo que tiene explosión y potencia pero que se empezó a sentir satisfecho con el resultado.

Arias hizo cambios para potenciar al equipo y en ese sentido el ingreso de Reymúndez le dio velocidad en ataque. Pero con el control de Gago en el medio, el juego de Lodeiro y la intimidante presencia de Osvaldo, Boca cuidó la ventaja sin sobresaltos.

Wanderers estuvo lejos de mostrar su mejor juego pero también de pasar vergüenza. Perdió por un gol en Argentina, en una serie en la que los rivales están en Chile y Venezuela.