Jorge Sarasola

La política británica en manos femeninas

La asunción de Theresa May como líder del Reino Unido es sólo la punta del iceberg en un espectro político dominado por mujeres.

Actualizado: 17 de julio de 2016 —  Por: Jorge Sarasola

La previa al referéndum por el Brexit fue una época de zafra para los comentaristas políticos y sus respectivos medios. Desde los tabloides pro-Brexit como “The Sun” o el “Daily Mail”, hasta las publicaciones más anti-brexit como “The Guardian” o “The Times”, pasando por la imparcial BBC; todos hablaban de un solo tema.

Aun así, muy pocos comentaristas pudieron anticipar que como consecuencia del referéndum, el Reino Unido (RU) tendría a su segunda líder mujer, 37 años después de aquella elección ganada por la conservadora Margaret Thatcher.

Theresa May (56) emerge luego de seis años en el gabinete de ministros como la persona indicada para gobernar al RU en esta época tumultuosa de su historia, luego de la inevitable renuncia de David Cameron al perder el referéndum que él mismo propuso.

De acuerdo a una investigación realizada por el “Pew Centre of Research”, el 56% de los países nunca han tenido una líder mujer. Dentro del restante 44%, la amplia mayoría sólo han tenido una, por lo que tener dos mujeres diferentes al mando de la nación lanza al RU a un club feminista de muy pocos países.

“Theresa May es una mujer muy difícil, pero nosotros trabajamos para Margaret Thatcher”, dijo un parlamentario conservador – Ken Clarke – en una entrevista para la BBC pensando que el micrófono estaba apagado, señalando el fuerte temperamento de ambas mujeres.

Tanto Thatcher como May crecieron en familias de clase media muy religiosas, una diferencia sustancial con la privilegiada infancia de muchos hombres del último gabinete, como Cameron, su mano derecha George Osborne y el ex-alcalde londinense, Boris Johnson.

Las diferencias también abundan. Thatcher siempre mantuvo una ideología clara e inquebrantable, pero aun nadie sabe con certeza en qué sector de los conservadores cae May en términos de política económica y justicia social. Se especula que el conservadurismo de la actual Primer Ministro será más moderado y centrista que el de su antecesora.

Durante la década en que Thatcher estuvo en el poder, el porcentaje de mujeres en el parlamento subió del 3% al 6%. La cámara actual tiene un 29% de presencia femenina por lo que sería un error ver el ascenso de May como un hecho aislado. Es más, la política actual británica va en camino a ser dominada por mujeres.

El caso de Escocia ilustra esto a la perfección. La líder del Partido Nacional Escocés (SNP) y Primer Ministro(a) desde el 2014 es Nicola Sturgeon. La cabeza del Partido Laborista en ese país es Kezia Dugdale y la del Partido Conservador Ruth Davidson. Tres mujeres peleando por gobernar la nubosa Escocia.

La Primer Ministro de Irlanda del Norte – Arlene Foster – también es mujer, así como Natalie Bennett, líder del principal partido ecologista del RU (Green Party), y Leanne Wood, dirigente del partido secesionista galés, Plaid Cymru.

A pesar de que el Partido Laborista nunca tuvo una mujer al mando, Angela Eagle ha desafiado al actual líder (Jeremy Corbyn) a una nueva elección interna, y podría convertirse en la primera.

Tampoco podemos olvidar aquella presencia femenina que ocupa la posición de mayor poder en el país desde 1952: la Reina Isabel II.

El eco de Hillary Clinton cerca de ganar las elecciones americanas también cruza el Atlántico, así como el firme liderazgo de Angela Merkel en Europa.

La conservadora Lady Jenkin of Kennington – involucrada en campañas para atraer más mujeres a la política – le confesó al Guardian que una mujer como May puede hacer política de una forma diferente:

“Creo que en una situación de revuelo como esta, una mujer puede ser más práctica y tener un enfoque menos guiado por la testosterona. Estará más dispuesta a escuchar todas las voces alrededor de la mesa y será menos propensa a reaccionar con agresividad”.

Aunque el viento feminista esté a favor, la batalla está lejos de terminada. El torrente de abuso que las mujeres involucradas en la política reciben en redes sociales es muy preocupante, y la sombra del asesinato de Jo Cox opaca cualquier vestigio de optimismo.

Escribiendo para el periódico alemán, Die Welt, la comentarista Mara Delius señala que líderes como May, Sturgeon y Merkel representan la nueva “femokratie”, un conjunto de “Elektras postmodernas con pantalones de traje y guantes de goma” que “vienen a arreglar el desastre creado por los hombres.”

Considerando el estado agónico en que el RU se encuentra como consecuencia de rivalidades entre hombres del Partido Conservador, la expresión resulta muy adecuada.

 



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