La clasificación se había conseguido en Asunción. La victoria ante Paraguay aseguró la presencia uruguaya en Rusia más allá de las matemáticas. Ahora, en San Cristóbal, era una buena oportunidad para tratar de gustar. Pero Uruguay no se lo permitió. Jugó con la calculadora en la cabeza y con el mismo plan de sumar afuera. Eso le alcanzó para venirse con un punto y dejar la mesa servida para el martes.
Sin tomar riesgos en la búsqueda de la victoria, medido en el ataque, equilibrado en el medio, protegido atrás, los de Tabárez estuvieron lejos de presentar una versión ambiciosa.
Frente un rival con pocas ideas, la selección no tuvo demasiados problemas para mantener el arco de Muslera cerrado. Apenas en el inicio del segundo tiempo pasó algunos sofocones.
Varias cosas quedaron claras en San Cristóbal. Una de ellas es que la renovación en el medio es un hecho. Nahitan Nández y Federico Valverde fueron titulares mientras que Rodrigo Bentancur y Giorgian De Arrascaeta ingresaron en el segundo tiempo. Además, Egidio Arévalo Ríos quedó fuera del banco de los suplentes.
Otra constatación es que para Tabárez no hay lateral derecho como Maxi Pereira. A pesar de que ya no muestra la velocidad que lo caracterizó durante su carrera y esto genera que sufra cuando defiende y carezca de sorpresa cuando ataca, el técnico mantiene su confianza en el jugador del Porto.
La tercera es que Matías Vecino se adueñó del sector central del campo. Corre con la cabeza levantada, está siempre bien ubicado, va y viene, recupera y pasa.
La etapa inicial fue pobre. Con los cuatro defensas, Vecino y Valverde por adentro, Nández y Cistian Rodríguez por afuera y Cavani con Suárez arriba, salió el equipo uruguayo.
La Celeste no discutió el balón, dejó que Venezuela se viniera y trató de atacar con su dupla de delanteros. Lo mejor se vio cuando tiró presión alta. Escalonados, fueron por la pelota Suárez o Cavani, Valverde o Vecino y Cebolla o Nández. Pero cuando estuvo cerca del arco no estuvo fino.
El local contó con el ímpetu de Rondón y Josef Martínez. Dudamel tiene un equipo repleto de juveniles y el objetivo es la próxima Eliminatoria. Con ese plan, cada partido suma.
Se animó poco Uruguay y no supo cómo Venezuela. Ante ese panorama, el 0 a 0 cuando se fueron al descanso fue rotundo.
El inicio de la segunda parte tuvo más chispa. El local hizo circular el balón con velocidad y la Celeste estuvo en problemas sobre todos por los laterales. El incendio lo apagaron los centrales y Fernando Muslera.
Con el paso de los minutos respondió Uruguay, que progresó con Valverde y Vecino y encontró a Cavani y Suárez cerca del área. Sin embargo ninguno de los dos delanteros estuvo en su noche.
Los ingresos de Bentancur y De Arrascaeta despabilaron al equipo. La clase del jugador de la Juve para jugar con la cabeza levantada y lo imprevisible del juego del futbolista del Cruzeiro acercaron a Uruguay al arco del seguro Wuilker Faríñez.
Al final a ninguno le disgustó el 0 a 0. Para Venezuela fue el tercer partido sin perder mientras que Uruguay dejó todo encaminado para que ante Bolivia haya fiesta en el Centenario.