Los dueños de la Noche ****
Thriller. 117 minutos, EE.UU., 2007
Dirección & Guión James Gray
Con Joaquin Phoenix, Eva Mendes, Mark Wahlberg, Robert Duvall
De haber nacido antes, el realizador y guionista James Gray podría haber formado parte del “Nuevo Hollywood”. Así se denomina a la generación cinéfila formada en la universidad, que se impuso en la década del ’70 con películas influenciadas por la política de los autores y los maestros del cine moderno.
Las figuras más conocidas de este colectivo son Francis Ford Coppola, George Lucas, Steven Spielberg y, por supuesto, Martin Scorsese. Con la excepción de Spielberg, esos cineastas generaron obras que colisionaban con la rigidez del Studio System y del cine clásico.
La fábula de los neohollywoodenses tuvo un desenlace poco feliz: tras su desmedido e inesperado éxito comercial, los “rebeldes” terminaron enquistándose y refundando al sistema que combatían.
La obra de James Gray se podría encadenar justo en ese momento, en el “declive”, en la vuelta a la estabilidad genérica. Gray es un artesano que abraza la tradición fílmica de los Estados Unidos y que, de modo llamativo, logra hacer largometrajes de rasgos perennes, que podrían haberse rodado en cualquier otro momento de la historia -e igualmente funcionarían-.
Los dueños de la Noche (We own the Night) ubica al espectador en Coney Island, a fines de los ’80, en un microuniverso de narcos rusos, policías de origen polaco, portorriqueñas inflamables y boliches de lujo en donde suenan temas anacrónicos de Blondie, The Clash y David Bowie. Allí se mueve Bobby Green (Joaquin Phoenix), un hombre que ha renunciado al apellido paterno. En su línea de trabajo –digamos, la noche- sería muy poco inteligente explicitar el lazo sanguíneo que lo une a la cúpula policial de Nueva York.
Desde muy temprano en el filme, el padre de Bobby le advierte: “finalmente vas a estar con nosotros o vas a estar con los narcotraficantes” y, como exige la norma, una desgracia lleva al protagonista a alejarse de, su hasta entonces estimado, clan Buzhayev (familia gangsteril, dueña de la discoteca El Caribe).
Este filme narra el retorno de la oveja negra a la familia y su nerviosa inserción en las fuerzas del orden.
Como en Tiro de Gracia (Phil Joanou), Donnie Darko (Mike Newell), Infernal Affairs (Wai-keung Lau, Siu Fai Mak) y su insuficiente adaptación, Los Infiltrados (Martin Scorsese), We own the Night fuerza al personaje central a infiltrarse y, en consecuencia, a preguntarse por su identidad. En menos tiempo del que necesita, Bobby Green debe responder quién es, quiénes son sus afectos y si puede atentar contra sus antiguos amigos en pro de un bien inestable u opaco.
Con inocencia, este largometraje podría acoplarse a una serie de películas urbanas asiáticas en donde se subraya los valores de hermandad y pertenencia. Pero, a diferencia de ese combo hongkonés, en la película de James Gray el límite entre la vida criminal y la vida de los defensores de la ley es más que claro.
Los dueños de la Noche es un viaje de redención, muy bien escrito, retratado y actuado.
Brian De Palma, hay un nene que quiere tu cinturón.
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