“Yo invité a un amigo que está acá”, dijo José Mujica en el estrado. “Es un viejo peludo de Artigas criado en la frontera, huérfano de gurí, que tiene cuarenta y pico de años de militancia. Cada vez que voy a Artigas, paro en su rancho. Es de los imprescindibles de abajo, de los que nunca piden un puesto, un cargo, un acomodo ni un laburo; los que a lo largo de más de 40 años siempre militan. Es a través de él que quiero recordar que no por estar arriba, mi corazón y mi compromiso dejan de estar abajo”. Así presentó el nuevo mandatario al “Pinduca”.
Hoy en día, Ferreira milita para el MPP en el departamento de Artigas y trabaja “de lo que venga”, como sanitario, albañil o en las plantaciones de las chacras.
No Toquen Nada (Océano FM) conversó con él mientras esperaba el ómnibus en Tres Cruces, para regresar a Artigas.
"Pinduca" contó que empezó a militar a los 14 años en Bella Unión y a los 16 ingresó al MLN, “donde ya estaba Pepe, que tiene casi 20 años más que yo”, señaló. “Después me tocó estar preso un tiempo, sufrí la dictadura y cuando volvió la democracia, volvimos a encontrarnos y nos reorganizamos, ya en otra etapa de la política del país: se nos propone que funcionemos dentro de todo esto que el Pepe culminó el 1° de marzo”.
Ferreira recordó que lo intentaron de otra manera: “le erramos o nos ganaron”. “Pero ahora lo tenemos al Pepe de presidente, jugando en la cancha de ellos, con el juez de ellos y la pelota de ellos”.
Cuando eran guerrilleros, la asunción de Mujica era algo impensable, aseguró. “Cuando tomamos las armas, no nos imaginábamos al Pepe de presidente. Aparte había una dirección: si en ese momento se tomaba el poder, lo iba a conducir una dirección con compañeros de varios lados. Cuando viene la otra etapa, que se va evolucionando, cuando tuvimos dos diputados, luego senadores, como que la organización evolucionó y se iba viendo cuál era el compañero más idóneo. Es una tarea militante que le tocó al Pepe, pero le podría haber tocado a cualquier otro”.
“Pinduca” recalcó que Mujica sigue siendo un militante. Pero reconoció que tendrán una relación distinta. Dijo que los militantes del MPP saben que no van a tener una especial influencia sobre Mujica y agregó que es el presidente de todos los uruguayos y que, como tal, tiene un programa que cumplir.
Ferreria llegó a Montevideo el sábado. Pero hasta último momento no supo que subiría al estrado. “Esas cosas que se le ocurren al Pepe: habrá pensado, ‘lo meto a este negro ahí arriba y simbolizo todo lo que puede ser la militancia casi anónima que hacemos un montón de compañeros”.
“El Pinduca”, como le dicen en Artigas, recalcó que él es un militante más y que Mujica quiso reivindicar al militante de base, que milita sin pretender cargos ni dinero.
Ferreira dijo que durante el acto obedeció como fiel militante: “Me dijeron parate ahí y ahí me quedé, pero después vinieron y me dijeron que salga. Yo le contesté, ‘no, me dijeron que me quedara parado acá’. Y ahí me avisaron que tenia que subir, y subí. esto funciona como un Ejército”.
Cuando subió al escenario, contó que le preguntó a Lucía Topolansky: “¿cómo la ves?”. “¿Y qué te parece?”, le respondió ella.
“Después de todas las cosas que pasaron esos dos viejos tienen que sentirse re emocionados”, comentó. “Vos te imaginás al Pepe, hace unos años metido en un aljibe, imaginándose que iba a ser presidente... No hay cómo imaginárselo. Es imposible”.