Costó más, pero Peñarol sigue ganando

Peñarol sufrió ante Rampla pero ganó 2 a 1 y consiguió su noveno triunfo consecutivo, lo que representa un récord histórico en el inicio de un campeonato. Los tres goles del partido fueron de cabeza. Néstor Moiraghi en contra le dio la ventaja al equipo de Aguirre que aumentó por intermedio de Gastón Ramírez. Descontó Nicolás Guevara para el Picapiedra. Sebastián Sosa fue la figura.

Actualizado: 21 de marzo de 2010 —  Por: Diego Muñoz

Costó más, pero Peñarol sigue ganando

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En los otros partidos del sábado, Fénix perdía 1 a 0 ante Cerrito y lo dio vuelta. Luego del segundo gol los hinchas de Cerrito generaron incidentes y el juego se suspendió. Además, Tacuarembó le ganó 3 a 2 a Defensor.

En el Estadio, el noveno fue el que costó más. Rampla se lo hizo difícil a Peñarol que recién se soltó a festejar en el segundo minuto de descuento. Ahí, los 35.000 hinchas que estuvieron en una noche histórica se largaron a cantar. Es que nunca el aurinegro había conseguido nueve victorias en nueve partidos en el inicio de un torneo hasta este Clausura 2010.

En el primer tiempo Peñarol fue el único que propuso. Con pocas ideas, es cierto. Antonio Pacheco fue bien controlado, Ramírez no se encontró con la pelota y Alejandro Martinuccio volvió a jugar mal. El mejor del equipo de Aguirre en ese primer tiempo fue Jonathan Urretaviscaya. Su velocidad fue incontrolable para los rivales y con él llegaron las mejores aproximaciones.

Cuando todos se aprontaban para el intervalo, un centro desde la izquierda lo cabeceó dentro de su propio arco Moiraghi. El gol en la última jugada del primer tiempo fue un regalo para el carbonero, que si bien había buscado el arco rival lo había hecho sin claridad.

En el segundo período el partido cambió. Rampla salió a buscar el empate y generó situaciones para hacerlo. Sosa se mandó una atajada sensacional tras un tiro de afuera del área. Fue el primer aviso. Sin embargo, un centro desde la izquierda lo conectó Ramírez a los 60 minutos. El segundo gol generó en todo el Estadio la sensación de que el partido estaba liquidado. Pero en la última media hora del encuentro, Rampla explotó mejor el punto más débil de la defensa de Peñarol: los envíos por elevación. En la primera parte se había evidenciado pero cuando el equipo de del Capellán buscó por arriba con profundidad, Peñarol tembló.

Guevara cabeceó tres veces en el área aurinegra. El primero lo salvó Sosa, el segundo fue el descuento y el tercero lo volvió a tirar afuera el arquero. Todo ante la presencia de jugadores más altos que el argentino que perdieron toda la noche por elevación. Pero ahí también se explica el resultado. No hubo mala liga de Rampla sino virtudes del arquero de Peñarol, que está ahí para evitar goles. Está dicho hace tiempo, Sosa recuperó su mejor nivel, tapa todo lo que le tiran y transmite seguridad. Este sábado fue responsable directo de la novena victoria.

Los últimos minutos fueron lejos de los arcos. Rampla se quedó sin fuerzas y Peñarol siguió sin generar fútbol porque Pacheco, a pesar de la bandera que decía “Tabárez, Pacheco es uruguayo”, tuvo una discreta actuación. Pero al final, las 35.000 personas volvieron a festejar. Peñarol dio otro paso a un título que parece servido en bandeja y que cada vez está más cerca.