Elecciones en Gran Bretaña

Más de 45 millones de británicos están convocados este jueves a las urnas para las elecciones generales más inciertas en décadas, de las que podría surgir un Parlamento sin mayoría absoluta.

Actualizado: 06 de mayo de 2010 —  Por: AFP

Elecciones en Gran Bretaña

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Los resultados definitivos deberían conocerse el viernes.

Las últimas encuestas publicadas en el último día de campaña apuntan a que los opositores conservadores deberían ganar el voto popular, pero no la mayoría absoluta de escaños requerida para que su líder, David Cameron, pueda mudarse inmediatamente al número 10 de Downing Street.

También mostraron un ligero repunte de los laboristas del impopular primer ministro Gordon Brown, favorecidos por el sistema electoral vigente -que sólo premia al candidato más votado en cada circunscripción- en detrimento de los liberal demócratas de Nick Clegg, invitado sorpresa de estos comicios.

Un promedio de los sondeos del miércoles otorga a los 'Tories' un 35% de las intenciones de voto, contra 29% para los laboristas y 26% para los liberal demócratas, un resultado que de confirmarse en las urnas daría a los laboristas dos escaños más que a los conservadores (272 contra 270).

La perspectiva de un Parlamento en el que ninguno de los grandes partidos tendría la mayoría absoluta de 326 de los 650 escaños en disputa, inédita desde 1974, podría dar a Clegg la llave del gobierno, aunque éste ya ha anunciado que condicionará cualquier alianza a la reforma de un sistema electoral que perjudica claramente a los pequeños partidos.

En caso de 'hung parliament', el primer ministro saliente, o sea Brown, permanecería en el poder e incluso tendría prioridad para intentar formar una coalición, aunque Cameron ya ha anticipado que podría tratar de gobernar en minoría con el apoyo de los unionistas de Irlanda del Norte.

Los tres candidatos, que se presentan todos por primera vez a unos comicios al frente de sus respectivos partidos, redoblaron esfuerzos en las últimas horas para tratar de seducir a los todavía numerosos indecisos, que una encuesta estimó en casi el 40% del electorado.

Cameron, que ha renovado el partido conservador, busca llevarlo de nuevo al poder después de 13 años ininterrumpidos de laborismo y convertirse en el primer ministro británico más joven desde el siglo XIX, con un programa centrado en un drástico y rápido recorte del gasto público.

"Nos quedan sólo unas horas pero tenemos que hacer que esas horas cuenten porque lo peor que nos puede pasar son otros cinco años de Gordon Brown", declaró el líder conservador, de 43 años, en uno de sus últimos actos.

La campaña electoral estuvo dominada por la televisión, y en especial por los tres debates sin precedentes en la historia de la democracia británica, que propulsaron al desconocido Clegg, de 43 años, a una tasa de popularidad que ningún político había vuelto a alcanzar desde Winston Churchill en 1945.

Según un estudio divulgado este jueves, casi uno de cada cinco electores (17%) cambiaron su voto tras estos debates, que fueron seguidos por millones de telespectadores y de los que el desgastado Brown emergió como gran perdedor.

La economía, cuando Gran Bretaña sale con dificultades de su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, fue el tema central de la campaña, junto con la inmigración y la reforma electoral que promueve Clegg, abanderado del cambio frente a las políticas de los dos 'viejos partidos'.

Brown, en pos de la legitimidad de las urnas tras haber sucedido a Tony Blair en 2007, insistió durante la campaña en que es el único capacitado para consolidar la recuperación y enderezar las finanzas públicas.

Recordando la victoria contra todo pronóstico de John Major, que también sucedió a medio mandato a Margaret Thatcher, en 1992, Brown declaró: "Estoy determinado y estoy luchando, no por mí sino por el futuro de Gran Bretaña".