Todo comenzó cuando Corea del Norte lanzó un misil a un buque surcoreano matando a 43 personas. Esto, que podría pasar como un simple caso de gatillo fácil, ha puesto a los vecinos en pie de guerra.
El gobierno de Pyongyang afirma que el buque surcoreano ingresó sin permiso a las aguas territoriales norcoreanas, desde Seúl afirman que el misil norcoreano ingresó sin permiso en el buque surcoreano: un verdadero brete diplomático que se puede extender hasta nuestras tierras.
“Sabía que este día iba a llegar” afirmó a 180 Darwin Tito Sierra, administrador del Rock and Samba, “es una realidad que de a poco los coreanos fueron tomando este juego, primero venían los marineros, que se ve que no aguantan mucho en tierra firme, como que se entran a marear, pero después entraron a venir familias enteras y sin darme cuenta tenía una pequeña Seúl adentro”

El Rock and Samba hoy: colorido y apretado como película de Almodóvar por celular. Tal como le gusta vivir a los coreanos.
Pero ahora Tito Sierra ya no puede dormir tranquilo, antes tampoco, se lo impedía el bochinche espantoso que sale del rock and samba, esa mezcla entre el reggaetón y el ruido del motor de ese gran plato de comida para perros giratorio; pero ahora a esa condena se le suma la amenaza norcoreana.
“Exigimos la mitad del Rock and Samba y un pulmón como el de la olímpica en el medio.” afirmó un portavoz de Pyongyang “Si esto no se cumple: misil. Si un surcoreano se pasa para nuestro lado: misil. Si pasan solo reggaetón y nada de Chichi Peralta: misil. Si sale cara: misil… pucha, salió hoz y martillo, va de nuevo…”

“¡¡¡Se va a acabal, se va a acabal, la dictadula de Pyongyán!!!”, si bien la protesta surcoreana fue pacífica no faltaron heridos: el inspector Walder Ferreira se clavó una caña de bambú en la pierna mientras caminaba por la plaza, más tarde afirmó que habría que encerrar a todos los coreanos en un corral y que se maten a misilazos”.
A pesar de la movilización, la comunidad surcoreana sabe que tiene todas las de perder frente a las exigencias de Corea del Norte, así lo reflejó un joven que tenía la cara tapada con un pasamontañas de seda:
“De todos los puertos del mundo en los que nos podríamos haber instalado justo venimos a caer a uno de los únicos donde hay un gobierno municipal comunista. Hay que ligar mal…”