Hoy en día, 65 familias y XO del Plan Ceibal acceden habitualmente a internet desde sus hogares o desde cualquier punto de la zona donde haya cobertura.
La Sociedad de Fomento Rural de Tala busca que todos los productores accedan a internet. Por eso creó, con el asesoramiento de los voluntarios de la Red de Apoyo al Plan Ceibal (conocidos como Rap Ceibal), el Proyecto de Conectividad Aurora.
La presentación se hizo en el Club Social y Deportivo Mangangá, a 12 kilómetros de Tala. No toquen Nada (Océano FM) estuvo allí para conocer los cambios que provocó la llegada de internet a esa comunidad.
El secretario general de la Sociedad de Fomento Rural de Tala, Edinson Aldao, dijo que uno de los objetivos es facilitar la comunicación entre los socios. “Cuánto más fácil hacemos la comunicación entre uno y otro, más ágil se vuelve la organización en la toma de las decisiones. Nosotros funcionamos en base a la organización de reuniones, donde asisten los delegados de los grupos, quienes transmiten los mensajes a la organización. Ese ida y vuelta lleva más de un mes”, señaló. “Con la posibilidad de contar con un medio de transmisión masivo de este tipo, haría que la respuesta fuera en tiempo real”.
La llegada de internet facilitó el trabajo de Aldo Camejo, secretario de la Sociedad de Fomento Rural de Tala. Camejo está encargado del préstamo de tractores y de maquinaria agrícola. Ahora puede controlar los tractores desde su casa.
“Los tractores trabajan para el proyecto de alfalfa de La Fomento: son productores que están anotados en La Fomento y que siguen un proyecto para hacer el seguimiento del tractor”, explicó. “Para que no hubiera abuso de combustible, o mismo para que los directivos sepamos dónde estaban los tractores, yo pago ese servicio de GPS y desde internet entramos a ese sitio y podemos ver dónde están los tractores, qué están haciendo, si están prendidos, si están apagados…”.
En el Club Social Mangangá está instalada una antena que distribuye internet a las casas ubicadas hasta nueve kilómetros de distancia, dependiendo del terreno y de los equipos receptores.
La instalación técnica estuvo a cargo de voluntarios de la Red de Apoyo al Plan Ceibal.
Ignacio Montero es uno de los técnicos del Rap Ceibal que se encargaron del proyecto. “Aurora trata de que el productor rural acceda a la información y que haga un juicio de valor propio sobre esa información”, dijo a No Toquen Nada. “Que pueda acceder a pronósticos del tiempo, o como hace Aldo, a chequear la maquinaria. Busca brindar información, mejorar la comunicación”.
La Sociedad de Fomento Rural de Tala tiene una área de influencia de 600 kilómetros cuadrados y tiene casi 900 socios. La mayoría son pequeños productores familiares con predios de 10 a 20 hectáreas.
La producción es muy diversa: viticultura, horticultura, producción de cerdos y de aves, plantaciones de hierbas aromáticas y medicinales, además de tambos.
Marta es agricultora. Su familia produce cebolla, tomate y morrón. “Llegó internet y nos conectamos a través de la Ceibalita porque es lo que tenemos. Ahí empezamos a buscar información y entramos a Mercado Libre: por ahí conseguimos un tractor que queríamos comprar”, contó. “Yo había hecho el curso en Tala, por la Intendencia. Eso después me sirvió para usar la ceibalita, porque acá no sabíamos nada de cómo se usaba. Vamos paso a paso”.
Alicia González es productora de hierbas aromáticas y medicinales e integra una cooperativa de mujeres rurales.
Con internet, ahora están conectadas entre sí y contó que hacen reuniones virtuales con las demás integrantes de la cooperativa.
Además, están intercambiando experiencias con productores rurales de Perú. “Se llama City virtual y es un intercambio con productores de orégano de Perú. La mayoría es intercambio de experiencia, porque nosotros le estamos aportando lo que nosotros hemos logrado”, comentó. “Allá, la mayoría de los productores de orégano trabajan para intermediarios. Nosotros trabajamos mediante la venta directa, pero no es fácil llegar. Es difícil, pero nosotros lo logramos, así que esperamos que ellos también lo logren en el futuro”.
Alicia está aprendiendo a usar internet y se mostró muy entusiasmada. “No hace un año todavía que estamos con internet, pero estamos copadas y aprendiendo algo nuevo cada día. Es un gran logro llegar a tener informaciones que antes eran inaccesibles para nosotras”, destacó. “Estamos aprendiendo porque también es difícil. Yo tengo 53 años. Así nos pasa a la mayoría. Ahora estamos contentos porque van a haber clases”.
En el Club Mangangá, desde hace pocos días, funciona una sala de informática con cursos regulares para que los productores aprendan a usar a internet.
El voluntario de Rap Ceibal, Ignacio Montero, dijo que la sala ayudará a disminuir la brecha digital entre padres e hijos. “El objetivo de la sala es llegar al productor rural. Nosotros entendemos que los niños están cubiertos por la escuela pero el productor rural no. Ahí se genera otra brecha: entre el niño y el padre”, precisó. “Entre el niño rural y el padre rural hay una brecha más grande. Entonces la sala y el objetivo de La Fomento y de Mangangá es tratar de reducir esa brecha: que el productor rural se acerque, para que no se quede por fuera de lo que el niño está haciendo, que lo pueda ayudar y compartir esa experiencia que es una computadora en la casa”.
Para Montero, esto no hubiera sido posible sin el Plan Ceibal. “Esto es un eco del Ceibal, esa es la relación que tiene. Los voluntarios del Rap consideramos al Plan Ceibal como algo que generó mucho ruido, en el buen sentido, y esto es un eco. Pensar en Aurora sin Ceibal es inviable, porque genera este tipo de cosas: que productores rurales se te acerquen para acceder a información porque les llegó una computadora a la casa, que antes era una cosa que les pasaba a pocos. Ahora les pasó a todos y se involucran de otra forma con la tecnología. Y Aurora les brinda esa posibilidad”.
La zona rural de Tala se viene recuperando luego de que a mediados de los ‘80 cerró el ingenio azucarero Rausa.
El secretario general de la Sociedad de Fomento Rural de Tala, Edinson Aldao, recordó que el cierre de Rausa provocó una gran migración de los jóvenes.
Los directivos de la sociedad de fomento confían en que la llegada de internet ayude a que los jóvenes decidan quedarse en Tala.
Para Edinson Aldao, la llegada de la tecnología significa un nuevo amanecer. “Para los que nos levantamos temprano a labrar la tierra, la aurora significa la esperanza de un nuevo día. Es lo que marca el inicio del día”, comentó. “Esto es la esperanza de construir un futuro mejor, más que nada, ciudadanos de una sola clase porque hasta hace un tiempo atrás, lamentablemente, habían ciudadanos de dos clases”.
Informe del periodista Gabriel Farías, de No Toquen Nada (Océano FM).