EE.UU y Rusia canjean espías como en la Guerra Fría

Un avión con diez agentes secretos expulsados de Estados Unidos por haber trabajado durante años para los servicios de inteligencia rusos llegó este viernes a Viena. Estados Unidos expulsó a estos confesos agentes secretos rusos a cambio de la liberación por Moscú de cuatro espías norteamericanos detenidos en Rusia.

Actualizado: 09 de julio de 2010 —  Por: AFP

EE.UU y Rusia canjean espías como en la Guerra Fría

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El avión con matrícula B762L se colocó en la pista junto a un avión ruso de matrícula RA42446. Por la manera en que se posicionó el aparato procedente de Nueva York, la puerta de entrada y de salida queda oculta a los fotógrafos y camarógrafos que se encuentran en el aeropuerto.

Según informaciones no confirmadas, los diez agentes secretos serán intercambiados en el aeropuerto de Viena por cuatro rusos acusados por Moscú de espionaje en favor de Estados Unidos, indultados el jueves de noche por presidente ruso, Dimitri Medvedev.

La orden de expulsión anunciada por la juez Kimba Wood el jueves fue el epílogo de acontencimientos dignos de una novela de espionaje iniciados diez días antes y que trasladaron a Estados Unidos y Rusia a la atmósfera de la guerra fría.

La deportación inmediata, que según el canal local NY1 se concretó luego de que Moscú aceptara liberar a cuatro individuos encarcelados en Rusia por contactos con agencias de Occidente.

Poco antes, los diez acusados, incluyendo la periodista peruana Vicky Peláez, admitieron en la corte ser "agentes secretos" que trabajaban para un gobierno extranjero, cargo pasible de una pena máxima de 5 años de cárcel.

Según un acuerdo con los fiscales, que fue avalado por la jueza, se retiraron los cargos más serios de lavado de dinero que pesaban contra nueve de los agentes y Wood decidió no encarcelarlos sino expulsarlos de inmediato.

Esto significa "la inmediata expulsión de Estados Unidos" y los acusados deben aceptar "no intentar volver nunca a Estados Unidos", indicó Wood.

El FBI había investigado durante años a los individuos, algunos de ellos instalados desde hace tres décadas en Estados Unidos y encargados de infiltrarse en los círculos políticos para luego enviar información a Moscú.

Durante la audiencia, los agentes dejaron caer la máscara de las identidades falsas que en siete casos cubrió su accionar: los esposos "Richard y Cynthia Murphy" admitieron llamarse en realidad Vladimir y Lydia Guryev.

"Michael Zottoli" y "Patricia Mills", detenidos en Virginia el 27 de junio, resultaron ser rusos y llamarse respectivamente Mikhail Kutsik y Natalia Pereverzeva.

Por su parte, "Donald Heathfield" y "Tracey Foley", detenidos en Massachusetts donde habían penetrado el ambiente académico de Harvard y los negocios inmobiliarios, también eran rusos cuyos verdaderos nombres resultaron ser Andrey Bezrukov y Elene Vavilova.

"Juan Lázaro" no era peruano ni había nacido en Uruguay, como afirmaba socialmente desde que se había instalado en los suburbios de Nueva York: se llamaba en realidad Mikhail Anatonoljevich Vasenkov y también era agente.

Vicky Peláez, la joven pelirroja de 28 años Anna Chapman y otro detenido, Mikhail Semenko, operaban como espías bajo sus verdaderos nombres, siendo los dos últimos también rusos.

Reportera y columnista del diario hispano de Nueva York La Prensa, Peláez, de 55 años y casada con "Lázaro", había sido periodista en Perú antes de exiliarse en Estados Unidos hace más de 20 años. Tienen un hijo de 17 años.

Un fiscal reveló en la audiencia algunos de los arreglos entre los agentes y Moscú. "A Vicky Peláez le prometieron alojamiento, visas para sus hijos, viáticos pagos y 2.000 dólares por mes para subsistir", dijo.

"Se trata de un caso extraordinario, resultado de años de investigaciones y el arreglo alcanzado hoy constituye una salida exitosa para Estados Unidos y sus intereses", aseguró el secretario de Justicia Eric Holder.

Mientras la expulsión era ordenada en Nueva York, el investigador ruso Igor Sutiaguin, condenado en Rusia por espiar para Estados Unidos y posible beneficiario del canje de espías, ya había al parecer sido liberado y visto en Viena, afirmó el jueves su abogada.

Varios especialistas consideran el caso de los espías como un vestigio de la antigua burocracia soviética y de los métodos de espionaje de la KGB durante la guerra fría, que subsistieron a la caída de la Unión Soviética.