El presidente serbio, Boris Tadic, subrayó el jueves por la noche que el fallo de la Corte de La Haya no cambiaría en nada la posición de Belgrado y que Serbia "jamás" reconocerá la independencia de Kosovo, región que considera como una provincia del sur.
El revés diplomático es aún mayor considerando que las autoridades pro europeas de Belgrado habían apostado a la CIJ para responder a la proclamación de la independencia de Kosovo, el 17 de febrero de 2008.
Tras intensos esfuerzos diplomáticos, Belgrado obtuvo de la Asamblea General de la ONU, en octubre de 2008, que la Corte se pronunciara sobre la legalidad de la proclamación de Kosovo.
Desde esa fecha Serbia no escatimó esfuerzos a través del mundo para frenar el reconocimiento de la independencia de Kosovo. Hasta ahora 69 países la reconocieron y la inminencia del fallo de la CIJ frenó en cierta forma las voluntades de reconocimiento.
Las autoridades kosovares se felicitaron por el efecto que tendrá el fallo de la CIJ, con nuevos reconocimientos en puerta y un impulso decisivo a las perspectivas de integración de Kosovo a la Unión Europea, la OTAN y, por supuesto, la ONU.
Pero el presidente serbio aseguró que el combate no está aún terminado y que los esfuerzos de Belgrado se concentrarán en la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre.
La CIJ reconoció que la proclamación de independencia de Kosovo no violaba el derecho internacional, una conclusión "difícil" de admitir por los serbios. Pero sin embargo la Corte no se pronunció "sobre el fondo" del tema, es decir "el derecho a la secesión", argumentó Tadic.
Según el presidente serbio, la CIJ cedió a la Asamblea General la tarea de sacar "las consecuencias políticas" de su fallo.
Tadic espera que la Asamblea General permita adoptar una "resolución que llame a resolver este problema histórico (el de Kosovo) y el conflicto entre serbios y albaneses a través de negociaciones".
Pero el dictamen de la CIJ redujo el margen de maniobra de Serbia para elaborar su proyecto de resolución ante la Asamblea General. Los kosovares no quieren ni hablar de negociaciones, en particular sobre su independencia, y aun menos tres el fallo de la Corte.
Además de diplomático el fallo de la CIJ constituye un revés político frente a la oposición nacionalista para el presidente Tadic, que mostró su determinación en el caso de Kosovo.
Dentro de Europa la situación también se presenta complicada para Serbia, que presentó en diciembre su candidatura para ingresar a la Unión Europea (UE).
Si bien la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, invitó el jueves por la noche a Belgrado y a Pristina a iniciar un "diálogo" para sobrellevar sus diferencias, el bloque europeo no sentó una posición unánime sobre la independencia de Kosovo.
De los 27 Estados miembro cinco países -España, Eslovaquia, Rumania, Grecia y Chipre- no reconocen la autoproclamación de Pristina.