Según la BBC el responsable debería anunciar su dimisión en las próximas 24 horas. "Tony Hayward negocia las condiciones de su partida", afirmó el medio citando a un fuente de BP.
Interrogado por la AFP un portavoz del grupo se rehusó a "comentar especulaciones", para luego agregar que "Tony Hayward es nuestro director ejecutivo. Tiene el respaldo total del Consejo de Administración y de la dirección".
El periódico Sunday Times indicó por su parte que Hayward, duramente criticado por su gestión del vertido de petróleo en el Golfo de México, renunciará a su cargo antes de que BP anuncie, el martes, sus resultados semestrales.
Por su parte, el Sunday Telegraph precisó que el Consejo de Administración de BP, que se reunirá el lunes, estudiará la posibilidad de reducir la indemnización de partida de Hayward para evitar toda controversia política.
El presidente de BP, que trabaja para el grupo desde hace 28 años, tiene derecho a un año de salario, es decir más de un millón de libras (1,2 millones de euros), a lo que se agrega una bonificación anual de más de dos millones de libras así como una jubilación de unas 600.000 libras por año.
Según la BBC debería ser reemplazado por el estadounidense Bob Dudley que en junio ya había asumido la dirección efectiva de las operaciones del grupo petrolero contra la marea negra en el golfo de México, que hasta entonces piloteaba Hayward.
Robert (o "Bob") Dudley es miembro del Consejo de Administración del grupo británico a cargo de las actividades en América y en Asia. Es ciudadano estadounidense e ingresó en BP cuando éste compró en 1998 la estadounidense Amoco, en donde trabajaba desde hace unos veinte años.
Tony Hayward, de 52 años, fue duramente criticado en Estados Unidos por su gestión de la crisis.
El presidente de BP, Carl-Henric Svanberg, llegó a la conclusión de que sólo su partida podría permitir al grupo intentar dejar atrás la catástrofe ecológica, según la BBC.
Marea negra: la depresión tropical debilitada, BP espera retomar el trabajo
La depresión tropical Bonnie se debilitaba este sábado a medida que avanzaba en el Golfo de México, ofreciendo a BP, que decidió reenviar sus equipos al sitio de la marea negra, la esperanza de retomar rápidamente la lucha contra la catástrofe.
Uno de los dispositivos clave del grupo británico --una plataforma de perforación que opera sobre uno de los pozos de auxilio que podrían permitir sellar definitivamente la fuga de crudo-- regresó el sábado a la zona, situada a 80 km de la costa de Luisiana (sur).
La plataforma "Development Driller 3" volverá a ser conectada al pozo de inmediato, dijo el jefe de guardacostas Thad Allen, a cargo de la respuesta derrame.
La plataforma había sido desconectada del pozo por la amenaza de la tormenta tropical Bonnie. Pero ésta se ha debilitado desde la noche del viernes y pasó a ser depresión tropical. Podría disiparse durante el sábado.
"Se estimó que la tormenta había bajado en intensidad", había dicho el portavoz del grupo británico, Bryan Ferguson, al explicar la decisión de hacer volver la plataforma.
A las 15H00 GMT Bonnie se encontraba sobre el Golfo de México, a 265 km al sudoeste de la desembocadura del río Misisipi, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
En su camino, el centro de Bonnie golpeará Luisiana, en la costa norte del Golfo, a última hora del sábado. Pero el fenómeno "se ha vuelto menos organizado" y "podría degenerar en un área de baja presión", dijo el NHC.
Las operaciones de lucha contra la marea negra ya habían sido perturbadas a fines de junio por Alex, el primer huracán de la temporada en el Atlántico.
Luego BP instaló sobre la fuga un embudo concebido para resistir tales condiciones climáticas. Este dispositivo mantiene cerrado el pozo que derramaba anteriormente millones de litros diarios de crudo a las aguas del Golfo.
El almirante Thad Allen, que supervisa la lucha contra la marea negra para la administración norteamericana, indicó el viernes que el pozo seguirá cerrado todo el tiempo que dure la depresión.
Aunque los equipos obligados a retirarse por Bonnie puedan regresar rápidamente a la zona, su ausencia corre el riesgo de tener consecuencias sobre las operaciones que buscan poner fin a la marea negra, la peor de la historia de Estados Unidos, causada por el naufragio el 22 de abril de la plataforma de BP Deepwater Horizon.
El almirante Allen había reconocido el viernes que la evacuación del personal podría "retardar los esfuerzos que buscan tapar definitivamente el pozo".
La retirada de los barcos e ingenieros que trabajan para ejecutar las soluciones destinadas a sellar definitivamente la fuga --la perforación de dos pozos de auxilio y una operación consistente en inyectar una mezcla de materias líquidas y sólidas y luego cemento directamente en el pozo-- podría retardar estos trabajos por dos semanas, indicaron autoridades federales.