Molesto con las repercusiones que generó el “ajuste jurídico” propuesto por el gobierno sobre tabaquismo y con los comentarios del ex presidente Tabaré Vázquez a propósito del tema, Mujica dedicó todo su programa de M24 para hablar de la situación y sin nombrarlo, mostrar su desagrado por los dichos de Vázquez.
Comenzó diciendo que “nadie, absolutamente nadie” se preocupó en llamar al gobierno para ver “en qué andaba” y calificó el tema “como demasiado dramático” por lo que no hay que “esconder la cabeza ni agachar y atropellar”.
Respecto del juicio internacional que anunció Philip Morris, el mandatario dijo que no es abogado y pidió “colaboración”. Contó que le explicaron que Uruguay cometió un error de procedimiento al no recurrir a una ley para sustituir el decreto original y que ese es el argumento que utilizan contra Uruguay para argumentar un ataque a la libertad de inversión y de comercio. “Hay algún abogado que nos dice que este entuerto se arregla modificando la legislación o recurriendo a una nueva legislación que haga imposible los reclamos de carácter internacionales. Otra gente nos dice alegremente que no le demos pelota a los juicios y vamo arriba y que por la salud de la gente hay que bancar lo que fuere. Macanudo. ¿Pero no habrá otros caminos? Porque lo que fuere son juicios en Suiza, donde hay que contratar abogados de estudios de 1.500 dólares por hora, que llevan años y que si se pierden son millones y millones de dólares que tenés que pagarlos porque si no te declaran el default y te cobran a prepo”, señaló.
Argumentó que “no es tan sencilla la cosa” y que además ir a juicio “no arregla” el problema central desde el punto de vista interno. “Los problemas son mucho más complicados de lo que se está planteando y no se arregla con dichos en la prensa”, dijo y agregó: “necesita laboriosidad y compromiso de encontrar la mejor salida”. “Y no me hablen de juicios internacionales, tienen que haber mecanismos mucho más racionales. Tiene que haber, sinceramente, un estrechar filas para defender la salud y el interés nacional. No puede pasarse por encima de estas cosas y cuando gente bien intencionada hace una propuesta que tenemos que medir, no se le puede pegar en la nuca sino que hay que sustituirlas por propuestas mejores”, manifestó.
Abrió un amplio abanico al respecto. “Tendremos que ir a una tarifación de los cigarrillos, tendremos que ilegalizar, ensanchar la franja de defensa o hacer modificaciones en el derecho penal”, indicó Mujica para quien Uruguay se metió “en una guerra” y está “peleando con monstruos”. “Por favor, compañerismo”, reclamó y sentenció: "Necesitamos vertebrar un conjunto de políticas. No se arregla con una medida, ni se arregla con un sartenazo".
Enemigo poderoso
Si bien calificó de “muy razonables” las medidas anti tabaco y dijo que “merecen cuidarse y multiplicarse porque van a favor de la salud de la gente” advirtió que las multinacionales del tabaco son “un enemigo hábil y poderoso que también juega”.
Mujica reflexionó que hace dos años, cuando se puso en práctica las medidas, las multinacionales tenían apenas el 10% del mercado en Uruguay y que “en estos dos años saltaron del 10% al 25%”. “¿Qué está pasando?”, se preguntó y respondió: “Nos están ganando una guerra en nuestras propias narices y al parecer nadie se da por enterado”.
Indicó que todas las tabacaleras “son fábricas de veneno” pero que en el caso de Uruguay el “gran freno” que encontraron tanto el contrabando de cigarrillos como las empresas multinacionales fue “el tradicionalismo rutinario”. “La gente prefería, masivamente, fumar Coronado y Nevada”, argumentó. Dijo que como las multinacionales se dieron cuenta de eso “empezaron a trabajar con precios degradados” y que eso explica el crecimiento del porcentaje. “De seguir en este camino las industrias locales van a terminar derrotadas. Pagaremos algún tiempo seguro de paro y después desaparecerán como en otras partes”, añadió. En cuanto al contrabando también comentó que “cuando se elimine la barrera de la tradición queda la puerta franqueada para los cigarros de contrabando” que es “la mayor amenaza para la salud de los uruguayos”. “Es lamentable de que nadie en Uruguay nadie hable de esto. Parece que no existiera”, señaló Mujica.