En "3.096 días" Natascha Kampusch relata su cautiverio

La austríaca Natascha Kampusch, secuestrada durante ocho años antes de liberarse de su raptor en 2006, publica su autobiografía, en la cual acusa a la policía de negligencia en la búsqueda posterior a su desaparición en 1998, cuando tenía 10 años.

Actualizado: 09 de setiembre de 2010 —  Por: AFP

En "3.096 días" Natascha Kampusch relata su cautiverio

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El que el secuestrador pudo haber sido "detenido si la cuestión hubiese sido tomada en serio, es algo de lo que me enteré sólo después del fin de mi cautiverio", relata la joven, que tiene hoy 22 años, en su libro "3096 Tage" (3.096 días), es decir el tiempo que duró su secuestro.

Natascha Kampusch evoca en el libro los primeros días en el escondite de cinco metros cuadrados bajo la casa de Strasshof, cerca de Viena, donde sus secuestrador, Wolfgang Priklopil, la mantuvo cautiva después de haberla secuestrado cuando iba a la escuela.

En aquel entonces, cuando tenía 10 años y era una gran aficionada a las series policiales, Natascha imaginaba desde su prisión a la policía tratando de salvarla, en particular buscando rastros de ADN o algún trozo del género de sus vestidos.

"Pero en la superficie, la realidad eran bien diferente: la policía no hizo nada de todo eso", acusa ella en la obra publicada el miércoles en Austria.

Hubo agentes de la policía que unos días después de su desaparición, fueron a la casa de Priklopil, inspeccionaron su domicilio y su vehículo, el mismo que sirvió para el secuestro.

Priklopil no tenía coartada para ese día, pero la policía no investigó esta pista.

Cuando consiguió escapar, Natascha no fue tratada mucho mejor: se refugió en el jardín de una vecina a la que pidió advirtiera a la policía. Allí vio llegar dos automóviles y a uno de los policías que le ordenaba no moverse y poner manos arriba.

"Manos arriba como una criminal, le expliqué a la policía quien era yo", relató, antes de agregar que "no era así como imaginaba mis primeros momentos de libertad".

Durante la descripción ante la policía de sus ocho años de su calvario y de su evasión, ella sintió una cierta hostilidad por el hecho de que se había evadido sola. Los policías "no eran en ese caso los salvadores, sino los que habían fracasado durante años" en liberarla.

Natascha Kampusch dijo que lloró cuando se enteró que Priklopil se había suicidado lanzándose al paso de un tren, el mismo día de su evasión. "Con mi huida, no sólo me liberé de mi secuestrador, sino también perdí una persona con la que por la fuerza, había estado muy cerca", escribió en su autobiografía.

Esta actitud alimentó las especulaciones, dejando a entender que habría simpatizado con su secuestrador y que protegería a sus cómplices.

La muchacha denunció a este respecto esta teoría: "Pareciera que para las autoridades es más fácil creer que hubo una conspiración en torno a este crimen que admitir que fracasaron en ubicar al criminal que durante todo ese tiempo actuó solo y mantuvo su aspecto inofensivo".

Aunque de ninguna manera se muestra complaciente con el secuestrador, al que califica a menudo de "paranoico", relatando en detalle las violencias físicas que sufrió a manos de éste.

"Con fecha 23 de agosto de 2005: al menos 60 golpes en el rostro, con el puño en la cabeza hasta provocar náuseas. 70 rodillazos en el cóccix..." y las privaciones: "No tenía más que la piel sobre los huesos... y manchas en mi cuerpo como las que tienen los cadáveres".

También relata sus tentativas de suicidio, pero en ningún momento los abusos sexuales de los que fue víctima, explicando simplemente: "Quiero guardarme un último rincón de mi vida privada."

La joven estudiante de idiomas, que pasó su bachillerato el año pasado, ofreció el jueves por la noche una lectura de su libro en una librería de Viena, en el marco de la promoción de su editora.