EE.UU: juicio a soldados por muerte de civiles

Los expedientes de cinco soldados estadounidenses acusados de haber matado a civiles afganos por diversión y, en algunos casos, de haber desmembrado cadáveres y conservados los huesos, comenzarán a ser examinados el lunes por el Ejército de Tierra estadounidense.

Actualizado: 26 de setiembre de 2010 —  Por: AFP

EE.UU: juicio a soldados por muerte de civiles

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Las audiencias preliminares, que deberían extenderse durante varias semanas en la base Lewis-McChord en el estado de Washington (noroeste), deben permitir determinar su hay suficientes elementos para llevar a cabo un proceso en un tribunal militar.

El asunto es potencialmente explosivo para el ejército estadounidense, que se esfuerza por ganarse la confianza de la población afgana, en particular la de la provincia de Kandahar -bastión de los talibán-, donde los hechos se habrían producido hace varios meses.

La audiencia del lunes se concentrará en el soldado Jeremy Morlock, de 22 años y originario de Wasilla (Alaska). Es uno de los cinco militares acusados de asesinatos con premeditación de tres afganos entre enero y mayo pasados, mientras otros siete están acusados de obstruir una investigación.

Los soldados servían en una base de la provincia de Kandahar (sur de Afganistán) y formaban parte de la 5a brigada de combate Stryker de la segunda división de infantería estadounidense.

Morlock y otros soldados también están acusados de haber molido a palos a uno de sus camaradas, para obstruir una investigación sobre el consumo de hachís dentro del grupo.

Según el expediente de la parte acusadora, Morlock "amenazó con matarlo si mencionaba el consumo de hachís" ante la jerarquía y le mostró "dedos extraídos de un cadáver".

Funcionarios dijeron en mayo a AFP que el soldado que había denunciado los hechos a su jerarquía había sido severamente golpeado, "casi hasta la muerte", según una fuente.

Los móviles y muchos detalles en torno a los asesinatos siguen siendo imprecisos y las autoridades militares son blanco de acusaciones según las cuales éstas habrían sido advertidas de tales atrocidades, pero demoraron en reaccionar.

El padre de Adam Winfield, uno de los acusados de asesinato, declaró a la prensa estadounidenses que su hijo le había advertido, a través de la red social Facebook, que su unidad había matado a un civil afgano sin motivo y que se aprestaba a reincidir. El padre, Christopher Winfield, afirmó haber advertido a las autoridades militares y a un parlamentario de Florida.

Las autoridades acusan a otro soldado, Michael Gagnon, de haber conservado el cráneo de un cadáver; y acusan a un tercero, Corey Moore, de haber acuchillado a uno de los cadáveres y a varios militares de tomar fotografías de los cuerpos.

Las acusaciones no han sido probadas, pero "en todo caso son graves", declaró a principios de septiembre Geoff Morrell, portavoz de Pentágono.

Aunque resulte ser infundado, este caso "no ayuda", dijo Morrell. "La gente en la región donde parecen haber ocurrido estos hechos va a tener otra imagen de nosotros a causa de ello", deploró, destacando que el asunto es una "excepción" en el seno de una fuerza que tiene cerca de 100.000 efectivos en Afganistán.

Las unidades de combate de la 5a brigada Stryker (por el nombre de sus vehículos blindados) sufrieron pesadas pérdidas después de su despliegue en la provincia de Kandahar en el verano boreal de 2009, y se han generado interrogantes sobre cómo el ejército trata a los soldados que regresan con estrés postraumático.

En agosto pasado, uno de los soldados de la brigada ingresó fuertemente armado a un hotel de Salt Lake City (Utah, oeste), dónde murió tras un intercambio de disparos con la policía.