El estudio, realizado entre 1946 y 1948 en Guatemala, era "claramente falto de ética" y "condenable", dijeron en un comunicado la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius.
Los investigadores que realizaron aquel estudio involucraron poblaciones vulnerables, entre ellas enfermos mentales, y no les informaron la intención de su trabajo ni qué es lo que iba a pasar con ellos.
Los participantes fueron alentados además a contagiar enfermedades venéreas a otros y algunos de los que contrajeron sífilis luego no fueron tratados.
Unas 1.500 personas formaron parte del estudio. Al menos un paciente murió durante los experimentos, aunque no está claro si la muerte fue consecuencia de los experimentos o motivada por algún problema médico subyacente.
"Aunque estos hechos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que esta condenable investigación pueda haber ocurrido bajo el pretexto de un estudio para la salud pública", dijeron Clinton y Sebelius.
"Lamentamos profundamente que haya sucedido y pedimos disculpas a todos los individuos que fueron afectados por estas repugnantes prácticas investigativas", dijeron, anunciando el lanzamiento de una exhaustiva investigación sobre los detalles del estudio.
"El estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual realizado de 1946 a 1948 fue claramente falto de ética", precisaron.
El objetivo del estudio en Guatemala, que fue financiado con una beca por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y la Oficina Sanitaria Panamericana, que luego se convirtió en la Organización Panamericana de la Salud, tenía el objetivo de investigar nuevas formas de prevenir las enfermedades venéreas.
Los primeros experimentos en Guatemala consistieron en inocular sífilis o gonorrea a prostitutas, a las que permitieron luego que tuvieran relaciones sexuales sin protección con soldados o prisioneros.
En una segunda fase, "cuando algunos de estos hombres se contagiaron, el enfoque de la investigación cambió y se pasó a inocular directamente a soldados, prisioneros y pacientes de hospitales psiquiátricos", según los documentos del estudio.