El escándalo del Bunga Bunga puede costarle el gobierno a Silvio Berlusconi. Una crisis político-institucional extraordinaria se ha desatado a raíz de las relaciones entre el primer ministro conservador y una menor espectacular de origen marroquí-siciliano que se llama Karima, aunque ahora es famosa como Ruby R (Robacorazones), que este lunes cumple 18 años.
Para hacerla liberar mientras estaba detenida el 27 de mayo ultimo, acusada de un robo, Berlusconi habló personalmente por teléfono con un funcionario policial y encima le mintió, diciéndole que la chica era parienta del presidente egipcio Hosni Mubarak, informa El País de Madrid.
Il Cavaliere niega todo, dice que “estoy asqueado pero sigo adelante”. Sentenció que “amo a las mujeres y no cambiaré mi estilo de vida”.
Los líos sexuales con mujeres, las fiestas y festicholas con chicas demasiado jóvenes y otras demasiado ligeras, tienen en vilo a la opinión pública italiana desde abril del año pasado, cuando su segunda esposa Verónica Lario anunció que le pedía el divorcio por “frecuentar menores” y organizar festines en sus lujosas residencias.
El nuevo escándalo se ha hecho mucho más grave porque “el gobierno no puede llamar a la policía por esto”, como dijo indignado el caudillo de la Liga Norte, Umberto Bossi, que es ministro y hoy el único socio importante de Berlusconi en la centroderecha. Bossi adelantó que Il Cavaliere “caerá en enero y nosotros iremos a la oposición”.
El líder de la oposición de centroizquierda, Pier Luigi Bersani, dijo que el primer ministro “no puede quedar ni un minuto más en el puesto después que ha traicionado su rol institucional”.
Hace meses que la justicia de Milán investigaba el caso con la mayor discreción, hasta que hace tres días en la prensa aparecieron las primeras denuncias del caso de Ruby R. y la historia de la llamada telefónica, cuenta El País.
El “Corriere della Sera” y otros diarios transcribieron ayer el diálogo de Berlusconi con el funcionario de policía, en la madrugada del 27 de mayo en la jefatura de policía de Milán. Berlusconi llamaba desde la sede del gobierno en Roma. El premier pidió al funcionario que dejaran en libertad a Ruby R., acusada de robar a una amiga brasileña 3.000 euros, dos relojes caros y una joya, porque “es parienta de Mubarak”. Una magistrada había dispuesto que fuera internada en un centro para menores.
La policía dejó a Ruby en manos de una consejera regional lombarda, Nicole Minetti, enviada por Berlusconi, que era “higienista dental” de il Cavaliere y ex “soubrette” en la televisión.
En uno de los interrogatorios a Ruby, salió a la luz lo del Bunga Bunga. Según el testimonio después de cenar Berluconi anunciaba un ritual sexual desnudo a los invitados más disponibles, llamado precisamente Bunga Bunga. El País explica que según un diccionario indica un ritual de sodomía tribal. El chiste favorito de Berlusconi dice que dos blancos caen en manos de una tribu africana. El jefe les informa: Bunga Bunga o muerte? El primero elige Bunga Bunga y es sodomizado. El segundo pide: “muerte” y el capotribu responde. “Bien, pero primero Bunga Bunga y después muerte”.