Baile de locos

En el último partido de un año inolvidable Uruguay cayó sin discusión por 2 a 0 ante Chile. El cuadro que dirigió por última vez Marcelo Bielsa fue muy superior al de Oscar Tabárez pero encontró los goles por dos errores del arquero Fernando Muslera. Los uruguayos estuvieron distraídos, con poca dinámica, imprecisos y fueron dominados por un rival que se entregó para despedir a su DT.

Actualizado: 18 de noviembre de 2010 —  Por: Diego Muñoz

Baile de locos

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Se terminó el año futbolístico de la selección mayor. Un 2010 que quedará en el recuerdo. Nadie se olvidará de los goles de Luis Suárez ante Corea, del infartante partido con Ghana, del corazón y la dignidad ante Holanda, del buen juego frente a Alemania. Tampoco del trabajo realizado más allá de los resultados. De la seriedad, la humildad y el respeto que Tabárez inculcó y los futbolistas adoptaron como norma.

El último juego de la temporada estaba pensado ante un Chile que celebrara los 100 años de la camiseta roja y que se preparara para la Copa América 2011. Sin embargo el inentendible cambio de mando en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y la salida de Bielsa cambió todo. Se volvió el de la despedida del argentino que consiguió el 60% de los puntos y que se fue a pesar de tener más de un 90% de popularidad.

Antes de comenzar el partido un grupo de chilenos paseó por dentro del campo con una bandera de Chile y una leyenda en agradecimiento al trabajo realizado por Bielsa. Después se la regalaron. El estadio aplaudió de pie. Una buena muestra de que no gana solo el campeón. El argentino no dio ninguna vuelta olímpica con Chile pero le dio identidad, trabajó sin pausa, fue protagonista y la colocó un Mundial. Lo logró sin perder nunca la honestidad lo que engrandece cualquier proyecto. Eso se valora. Y vaya si la gente chilena lo hizo. Para dimensionar la situación alcanza con pensar que un argentino se va de Chile como ídolo.

En las tribunas la mayoría del público estuvo de negro, en señal de luto, y aprovechó cada interrupción del partido para insultar al nuevo presidente de la ANFP, Jorge Segovia, y a apoyar a Harol Mayne-Nicholls y Bielsa. Después del partido en la cadena pública chilena volvieron los reclamos contra las autoridades que ganaron las elecciones.

En ese contexto Uruguay salió a jugar ante los chilenos. El comienzo tuvo mucho ritmo. Un anuncio de Forlán y un rápido tránsito en la mitad del cancha le dieron agilidad al amistoso.

Pero la paridad duró 10 minutos. Con la primera posibilidad clara para Chile, un rebote que dio Muslera y una distracción de Walter Gargano que permitió un segundo tiro, se produjo un quiebre en el partido y el local pasó a dominar. Con velocidad y sorpresa por las puntas impuso su juego y complicó a la defensa uruguaya. La celeste jugó mal. Los futbolistas parecieron distraídos, tuvieron poca dinámica y fueron imprecisos. Eso contrastó con los jugadores chilenos que salieron enchufadísimos y mostraron todo su repertorio ofensivo con toques de primera y utilizando todo el ancho de la cancha.

A partir de la poca contención en el medio y los problemas que tuvieron los laterales a Muslera lo empezaron a exigir. Y el arquero de Lazio no estuvo en su noche. Rechazó con problemas dos tiros de fuera del área y se comió el primer gol de Alexis Sánchez a los 39. El delantero pateó al medio del arco pero Muslera puso mal las manos y la pelota se metió.

Chile tocaba y enloquecía a un Uruguay que no la agarraba. Para peor Walter Gargano cometió dos infracciones de amonestación y el árbitro lo expulsó correctamente.

Con uno más Chile se aprovechó de Uruguay. El cuadro de Bielsa tuvo agresividad, actitud, velocidad y juego. Demasiado para el equipo de Tabárez en el que no hubo recuperación y por lo tanto no pudo generar fútbol. Diego Forlán y Luis Suárez pasaron inadvertidos y la roja fue por más.

El local generó un par de situaciones que no pudo concretar pero a los 54 Arturo Vidal remató al medio del arco y Muslera no contuvo una pelota que pareció fácil.

Con la diferencia llegó el “ole” de la gente. La celeste siguió sin conectarse a pesar de los ingresos de Crisitan Rodríguez, Gastón Ramírez y Sebastián Abreu.

Al final todas las cámaras fueron para Bielsa. El argentino dejó la selección chilena y el tiempo dirá cuánto lo extrañarán. Da la sensación que su ausencia será notoria.

También se cerró el año para Uruguay. Un 2010 de grandes emociones y altamente positivo, más allá de su pobre presentación en Santiago.