Un grupo de vecinos, atrapados como Tiago y su hermana de 15 años, se aplastan contra un muro mientras los tiros se multiplican y nadie sabe de dónde provienen.
La policía deja salir de la favela, pero nadie puede entrar.
Los efectivos de la Policía Militar con armas largas y algunos con sus rostros cubiertos por pasamontañas, se aprestan a atacar.
Un padre de familia que había salido a comprar pan pide por su teléfono celular a su familia que se quede toda junta en la sala, el lugar más seguro de la casa.
Una abuela llora y se lamenta.
Un soldado cruza corriendo la calle de acceso a la favela y una bala explosiva estalla a sus pies. "Es una granada", asevera un vecino, acostumbrado como muchos del lugar a la violencia. "Es una bomba", afirma otro.
Pero Tiago sigue erguido. Cuenta que estuvo dos días sin salir de su casa, desde que el jueves los traficantes de la vecina favela de Vila Cruzeiro se refugiaron en otras favelas del Complexo do Alemao, como la de la Grota, donde él vive.
"Todos queremos la invasión, no se aguanta más", dice Tiago.
Durante más de 20 años, el Comando Vermelho (Comando Rojo) controló el Complexo do Alemao, un complejo de 15 favelas densamente poblado, con una cifra de habitantes estimada en unas 400.000 personas.
La población sufre las guerras entre las organizaciones rivales, y las incursiones de la policía. Los padres tuvieron que defender a sus hijas e hijos de la seducción del dinero fácil de los traficantes, y soportar sus arbitrariedades.
El ataque al Complexo do Alemao comenzó a las 08H00 locales de este domingo.
Columnas de la fuerza de choque penetraron por las callejuelas, protegidos por vuelos rasantes de helicópteros artillados y tiradores de élite federales. Tropas del Ejército protegen la retaguardia y el perímetro cerrado del Complexo.
Dos horas y media después de iniciado el ataque, y luego de que la policía anunciara que tomó el control de la zona, los vecinos se apiñan en las entradas de las favelas sin poder regresar a sus casas, con hambre y sed luego de largas y tensas horas a la intemperie.
