"Entramos aquí hoy y vimos que tenemos dos bloques: uno mayoritario, entusiasta, con propuestas y un proyecto de país con un líder claro; y otro de diputados tristes, sin liderazgo ni proyecto y con contradicciones internas", dijo Robert Serra, el parlamentario más jóven de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), perteneciente al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, en el poder).
El debate entre los dos nuevos bloques parlamentarios fue tenso desde las primeras declaraciones. Toda la fuerte división política que ha caracterizado al país en los últimos años se trasladó este miércoles al Parlamento, al que la oposición, que no participó en los comicios de 2005, regresó con un 40% de diputados.
Al inicio de la sesión, los parlamentarios oficialistas corearon a gritos consignas como "Somos mayoría, somos mayoría" y "No volverán"; mientras que los opositores, destacaron en sus discursos que el gobierno ha perdido apoyo popular.
"La mayoría que hoy nos trajo acá se va a seguir incrementando mientras ustedes sigan gobernando de espaldas a Venezuela", dijo el diputado opositor Alfonso Marquina, insistiendo en que las fuerzas no chavistas obtuvieron más votos en las legislativas de setiembre aunque, debido al sistema representativo en vigor, obtuvieron menos escaños.
"Vamos a oírnos. Esto tiene que terminar en santa paz", dijo, para intentar calmar los ánimos, el diputado oficialista Fernando Soto Rojas, recién elegido presidente de la nueva Asamblea Nacional.
"Aquí no hay diputados de primera ni de segunda, estamos aquí porque la gente votó por nosotros y la gente está ahí fuera esperando que trabajemos por el país. Venezuela no espera un ring de boxeo, espera una Asamblea Nacional para la seguridad, el empleo", dijo por su parte el diputado opositor Juan Carlos Caldera, también en un intento por bajar el tono.
Mientras transcurría el debate, dos grupos de ciudadanos se concentraron en las calles cercanas al Parlamento para manifestar su apoyo a cada uno de los bandos.
Simpatizantes de la oposición protagonizaron una concentración multicolor, fuertemente custodiada por las fuerzas del orden, en la que abundaron las consignas esperanzadoras, como "Sí se puede", para celebrar el retorno al Parlamento.
"Venimos a dar apoyo a los diputados porque sabemos que viene una lucha bastante fuerte con esta Asamblea, que va a sustituir a otra que ha ultrajado la voluntad popular", dijo a la AFP Darío Ramírez, dirigente juvenil de la formación opositora Voluntad Popular.
"Espero una nueva Asamblea que revise y controle los actos del Ejecutivo, que obligue al gobierno a pensar nuevamente en Venezuela. Ojalá los nuevos diputados puedan hacer lo posible y lo imposible para que los dejen trabajar", agregó el manifestante Jorge Pirela.
Un poco más lejos, los simpatizantes del oficialismo convirtieron la calle en una fiesta popular, donde cientos de personas vestidas de rojo bailaron al ritmo del merengue y manifestaron su apoyo incondicional al gobierno de Chávez.
"Es un día maravilloso. Me gusta mi presidente y esta iniciativa de que el pueblo proponga las leyes", señaló María Melchiorre, vestida con franela y gorra rojas, color de los adeptos de Chávez.
La frase "Pueblo legislador" predominó en esta celebración, pues los 98 diputados oficialistas que asumieron sus cargos este miércoles han insistido en que desarrollarán leyes que emanen de la iniciativa popular y sean debatidas en asociaciones comunitarias.
"Con el comandante (Chávez) siempre ha gobernado el pueblo, el pueblo siempre ha sido considerado y ahora podremos hasta proponer leyes", corroboró Daisy Villega.