Khadija Mohammed es la propietaria del único sex shop del golfo Pérsico y, asegura, de todo el mundo árabe indica una nota de El País de Madrid. Nacida en Bahréin y propietaria del Khadija Fashion Shop, rompe con el estereotipo de la mujer musulmana. "El velo no frena mis ambiciones", responde cuando el periodista le hace notar el contraste entre su forma de vestir y su trabajo.
El sex shop tiene en su vitrina tres maniquíes en ropa interior roja y negra, lo que ha suscitado quejas de algún clérigo conservador. Dentro, lo habitual: Vibradores, de todos los tamaños, colores y formas; potenciadores de la virilidad, disfraces de enfermera, lazos para bondage y juegos para parejas, en inglés y en árabe. "He salvado muchos matrimonios", afirma Khadija, con una amplia sonrisa.
"No ha sido fácil", dice y reconoce que cuando empezó hace poco más de dos años todo fueron problemas. Con el administrador de la web, con las autoridades, con su familia. Incluso llegó a pasar 24 horas en la cárcel por un asunto de aduanas. Y es que los agentes no sabían qué hacer ante aquellos juguetes sexuales que necesariamente tiene que importar de medio mundo.
Con 33 años, recién divorciada y tres hijos, acaba de inaugurar una segunda tienda en el centro de Manama y estudia ofertas que le han hecho desde Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Jordania para abrir sucursales allí. "Es agradable sentir que tienes éxito", admite.
En la nota de El País cuenta que la idea se le ocurrió cuando terminó sus estudios de informática y pensó que Internet era la vía perfecta para vender camisones, picardías y negligés a una clientela que se muestra especialmente pudorosa en público. "Me di cuenta de que las prendas sexys eran lo que más se vendía y decidí ampliar el negocio por ese lado", relata.
Tras la idea puso la tienda, que hoy supone el 80% de sus ventas, y vio como empezaba a correrse la voz "sin ninguna publicidad". Entre sus clientes, asegura, hay hombres y mujeres. La mayoría, casados. "No soy quién para juzgarles", señala.
"La mayoría no sabe disfrutar del sexo” cuenta Khadija y agrega: "Ven películas porno y quieren hacer lo mismo. Yo les explico que lo que hay de truco detrás de esas proezas y la ayuda que pueden obtener con nuestros productos".