Egresado de Harvard sucesor de Dalai Lama

Los tibetanos en el exilio eligieron este miércoles a su nuevo primer ministro, Lobsang Sangay, un jurista de 43 años formado en la universidad estadounidense de Harvard, que tendrá la dura tarea de asumir el rol político encarnado desde hace décadas por el Dalai Lama.

Actualizado: 27 de abril de 2011 —  Por: AFP

Egresado de Harvard sucesor de Dalai Lama

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En marzo, el Dalai Lama, de 75 años, había anunciado su intención de renunciar a su papel político de jefe del movimiento de los tibetanos en el exilio, esencialmente simbólico, y de dejar sus prerrogativas en manos de un nuevo primer ministro con poderes amplios. Conservará sin embargo su papel de jefe espiritual.

Esta transición político-histórica dará al nuevo primer ministro una posición mucho más relevante que la de su predecesor.

La carrera de Lobsang Sangay, originario de una región productora de té en el noreste de India, rompe con el pasado en que viejas figuras religiosas dominaban la vida política del movimiento tibetano. Este experto en derecho internacional no ha vivido nunca en Tíbet y hasta ahora no había ido nunca allí.

En una entrevista el mes pasado, había afirmado sostener plenamente la fórmula de la "vía media" deseada por el Dalai Lama, es decir una "autonomía significativa" de Tíbet bajo administración China, más que una independencia pura y simple de la región.

Además de insistir en que el Dalai Lama era irremplazable, había destacado el deseo de la comunidad tibetana de "ver a una joven generación tomar la dirección" del movimiento.

De los casi 83.400 tibetanos en el exilio elegibles, más de 49.000 fueron a votar.

En Dharamsala, ciudad del norte de la India y sede del gobierno tibetano en el exilio, el jefe de la comisión electoral, Jamphel Choesang, informó que Sangay derrotó fácilmente a los otros dos candidatos, obteniendo 55% de los votos.

En un comunicado difundido desde Estados Unidos donde trabaja como encargado de investigaciones en la facultad de derecho de Harvard después de haber obtenido un máster, Sangay atribuyó la victoria a la política democrática y previsora del Dalai Lama.

La idea de este último de transmitir sus poderes políticos a una figura electa refleja la inquietud sobre la manera de proseguir la lucha por los derechos de los tibetanos, que fue únicamente encarnada por el premio Nobel de la Paz tras huir de China en 1959.

Algunos temen que su combate pueda caer en el olvido cuando muera el Dalai Lama.

El gobierno en el exilio no es reconocido por ningún país extranjero. China rechaza reconocerlo y su legitimidad podría ser cuestionada por los tibetanos del Tíbet sin el apoyo del Dalai Lama.