El 23 de septiembre de 1973, dos semanas después del golpe de Estado que derrocó a su amigo Salvador Allende, Neruda murió en una clínica de Santiago, en un desenlace atribuido hasta ahora a un cáncer de próstata.
Manuel Araya, de 65 años, asistente personal del poeta -ganador del premio Nobel en 1971- asegura que fue asesinado para evitar que se convirtiera en el exilio en un relevante opositor al nuevo régimen, una versión que fue publicada el domingo pasado por la revista Proceso en México.
Araya habló este miércoles con la AFP y dijo que "el asesino fue Pinochet, que mandó a matar a Neruda para que no se le vaya del país, porque él iba a ser un intelectual que no le convenía tener de opositor".
Pero en un comunicado la Fundación Pablo Neruda, que administra la obra del poeta, señala que "no existe evidencia alguna ni pruebas de ninguna naturaleza que indiquen que Pablo Neruda haya muerto por una causa distinta del cáncer avanzado que lo aquejaba".
"No parece razonable construir una nueva versión de la muerte del poeta, sólo sobre la base de las opiniones de su chofer, el señor Manuel Araya, quién viene insistiendo en este asunto sin más prueba que su parecer", se agregó.
La Fundación describe que el golpe militar, la muerte de Salvador Allende y la persecución desatada contra otros de sus amigos "agravó su estado de salud, hasta el punto que, en las difíciles condiciones creadas por la represión de esos días, tuvo que ser trasladado de emergencia desde su casa de Isla Negra a la Clínica Santa María, el 19 de septiembre".
Araya dice que "lo llevamos a internar por seguridad porque Neruda corría peligro", agregando que los días previos el poeta estaba "muy bien de salud" aunque "preocupado y nervioso" porque creía que lo iban a matar.
La denuncia se conoce en momentos que se alista la exhumación de los restos del presidente Allende para aclarar las circunstancias de su muerte, atribuidas hasta ahora a un suicidio pero que algunos plantean se trató de un asesinato.