Un baile humillante

Peñarol hizo un papelón futbolístico en Colombia. La táctica: 10 atrás y uno adelante. El resultado: cuatro a cero abajo y clasificación en el horno. Independiente lo arrolló con buen fútbol y contundencia. Pensar que antes de salir de Montevideo, el técnico Ribas dijo que no daba el equipo porque la información es poder. Menos mal.

Actualizado: 29 de enero de 2009 —  Por: Diego Muñoz

Un baile humillante

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El hincha de Peñarol se va a tener que acostumbrar. Así va a jugar Peñarol cuando enfrente a los rivales más complicados. Planteos defensivos, con muchos atrás y pocos adelante. A favor del técnico está el hecho de que cuando contratás a Ribas, sabés que va a proponer. Y Peñarol lo contrató.

El aurinegro salió a jugar contra Independiente de Medellín con un esquema ultra defensivo. Los únicos con permiso para pasar la mitad de la cancha eran Antonio Pacheco y Carlos Bueno. Y el Tony hasta por ahí nomás. Los demás, bien cerca del arco de Pablo Cavallero. Pero quedó demostrado una vez más, que jugar a no perder amontonando gente atrás, es sinónimo de derrota.

También quedó claro que cuando el rival juega mejor los gritos fuertes, los gestos de hombría, las frases heroicas y las posturas arrolladoras son bombas de humo.

¿Qué es lo mejor que tiene el fútbol colombiano? El toque de balón. ¿Qué es lo peor que puede pasar cuando se juega ante un equipo de Colombia? Que tenga la pelota. ¿Qué hizo Peñarol? Le regaló la bola y el terreno de juego. Así le fue.

Lo más difícil de entender es como ante un planteamiento basado en mantener el cero en su arco, se pueden cometer los errores de concentración que tuvo el equipo. En todos los goles hubo equivocaciones de la defensa. El combo completo.

Independiente empezó mejor. Tuvo la pelota y la jugó por izquierda. Por ahí insistió, aunque en los primeros minutos no generó peligro. A los 11 llegó la primera aproximación de Peñarol. Se la pasaron a Pacheco que se la quiso dar a Bueno. Los dos juntos de mitad de cancha hacia arriba, todo un exceso, generaron un tiro libre que remató Richard Núñez y que despejó el arquero Aldo Bobadilla.

Pero a los 15, el plan se derrumbó. Un tiro de esquina desde la derecha encontró la cabeza de la figura del equipo colombiano. Jackson Martínez le ganó por arriba a Gerardo Alcoba y puso la bola contra el palo de Cavallero. El uno a cero desconcertó a Peñarol pero mucho peor fue el segundo tanto, convertido a los 19 otra vez por Martínez con una media vuelta en el área.

Peñarol se tuvo que adelantar en el campo. Ribas le permitió pasar la mitad de la cancha a más de dos jugadores al mismo tiempo pero el único que hacía algo con la pelota en los pies era Pacheco. Un par de aproximaciones demostraron que si hubiera salido a jugar algunos metros más adelante, hubiera sufrido menos. Pero ya era tarde. Porque estaba dos a cero abajo y faltaba lo peor. Un tiro libre desde la izquierda de Iván Corredor, se metió contra el palo de Cavallero que se tiró tarde y mal.

El descontrol se apoderó de Peñarol. Se vieron un par de patadas duras y los primeros empujones de la era Ribas. Pero no los últimos. La etapa inicial terminó con un mal pase de Omar Pérez que mereció este comentario del ex jugador Diego Latorre en la cadena Fox “no me quedan palabras para calificar como un equipo como Peñarol no hace dos pases seguidos”, dijo.

Para el segundo tiempo el técnico puso a Nicolás Rotundo por Julio Mozzo y ni se acordó que estaba Bueno solo arriba y José Franco en el banco. Al minuto Martínez anotó su tercer tanto después de otra desatención defensiva. Fue lapidario.

Con el cuatro a cero puesto llegaron algunos minutos en los cuales Peñarol se arrimó al arco rival aunque sin generar peligro. Independiente cuidó el resultado que lo deja en inmejorable situación de avanzar en la Libertadores.

Peñarol fue pura impotencia. Mucha patada, muchas protestas y nada de fútbol. En el banco Ribas seguía con su cronómetro en la mano y moviéndose de un lado al otro. A los 20 del segundo tiempo recién mandó a Franco a la cancha. Ingresó por Pérez.

En ese último tramo del juego Pacheco quedó de enganche y Franco y Bueno de delanteros. Un par de tiros libres y una chilena del Tony fueron los tiros al arco de Peñarol, que terminó abatido y humillado en el campo. La gente en las tribunas se divirtió gritando ‘Ole’ ante cada pase de sus jugadores.

A tres del final, salió Martínez que fue despedido de pie por la hinchada de Independiente. Hubo tiempo para el quinto pero un colombiano definió mal.

La revancha será el 3 de febrero en el Estadio Centenario. A Peñarol solo lo salva un milagro. Tiene que hacer cuatro goles para ir a los penales. Y encima no recibir ningún tanto. Por lo visto en Colombia, no está capacitado para conseguir ninguno de los dos objetivos.

Seguro que en la madrugada del jueves, más de un hincha aurinegro que se enojó en su momento con Saralegui, se debe de haber ido a dormir recordando la canción de Trotsky “todo puede estar mucho peor”.