Organización contraria a la inmigración de la cual el autor de las matanzas Anders Behring Breivik fue miembro, el Partido del Progreso (FrP) perdió 6 puntos con respecto a las precedentes municipales de 2007, obteniendo 11,4% según los resultados casi definitivos publicados el martes por el gobierno.
Por el contrario, conservadores y laboristas son los grandes vencedores de estas elecciones marcadas por una escasa participación, lejos de la movilización masiva a la que los responsables políticos llamaron después de los atentados.
El índice de participación llegó a los 62,6%, apenas superior al de hace cuatro años.
Algunos vieron en esa cifra un indicio de que la democracia noruega no se dejó influir, ni en un sentido u otro, por la matanza de Utoeya.
Para muchos, estas elecciones municipales y regionales tenían valor de prueba después de la matanza perpetrada por Anders Behring Breivik, que reconoció ser el autor de un atentado con bomba contra la sede del gobierno y luego de un tiroteo contra cientos de jóvenes laboristas en la isla Utoeya.
El extremista de 32 años explicó esos ataques- que dejaron 77 muertos, esencialmente jóvenes - por su rechazo a la democracia que según su opinión es la cuna de la sociedad multicultural que aborrece.
Según los politólogos, la baja del FrP, iniciada antes de la matanza, no está relacionada directamente a los vínculos que tuvo Behring Breivik con dicho partido.
A comienzos de año, el FrP fue conmocionado por un escándalo sexual que la dirección enfrentó torpemente, según los analistas, y después durante la campaña electoral que se desarrollo en circunstancias particulares debido al duelo por la matanza, debió morigerar su discurso contra la inmigración.
Comparado a su resultado registrado en las legislativas de 2009, el resultado del FrP aparece incluso reducido de mitad.
De su lado, gran vencedor de la elección, el partido conservador aumentó 8,7 puntos, a 28,0%, y podría mantener el control de la mayoría de las grandes ciudades noruegas, entre las cuales la capital Oslo.
Principal blanco de los atentados, el partido laborista del primer ministro Jens Stoltenberg registra también un aumento de 1,9 puntos, a 31,6%, alza modesta pero que desmiente la derrota que vaticinaban los sondeos antes de los ataques.
Sin embargo, este resultado es claramente inferior a las esperanzas de un repunte que había generado la simpatía por los laboristas después de la matanza de Utoeya.
Allí también "el 'efecto 22 de julio' que muchos esperaban realmente no se materializó", destacó ernt Aardal, politólogo de la universidad de Oslo.
