El Servicio Meteorológico británico (Met Office) reportó el viernes que hasta 20 centímetros de nieve han caído en algunas regiones de Gran Bretaña, mientras persisten inquietudes entre la población por la falta de preparación de las autoridades para hacer frente a las nevadas. Los británicos dan señales de cansancio por los problemas que viven desde el lunes, tras las peores nevadas de los últimos 18 años que provocaron el colapso de los servicios de transporte en Londres y sembraron el caos en aeropuertos, calles y carreteras del país.
Miles de escuelas en Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia cerraron nuevamente sus puertas el viernes, al tiempo que los servicios de trenes anuncian cancelaciones a causa de la nieve en las vías y los buses sufren retrasos o han sido suspendidos.
Los aeropuertos de Luton, al norte de Londres, y de Bristol, al oeste, fueron cerrados el viernes, y cientos de vuelos fueron cancelados, dejando a millares de pasajeros nuevamente frustrados.
En el condado de Devon (sudoeste de Inglaterra), al menos 200 automovilistas fueron rescatados en la madrugada del viernes por los servicios de emergencia británicos, tras quedar atrapados en medio de una tempestad de nieve.
La Federación de Pequeñas Empresas del Reino Unido calcula que sólo el primer día de la nieve costó 1.700 millones de dólares a la economía británica, con más de seis millones de personas que no pudieron el lunes llegar a sus lugares de trabajo, a causa del colapso del transporte.
El servicio meteorológico anunció el viernes que prevé más nevadas en varias regiones del país y advirtió sobre el peligro de utilizar los automóviles en las carreteras cubiertas de nieve y hielo.
Mientras tanto, autoridades locales en todo el país parecen desbordadas por las fuertes nevadas, admitiendo que las reservas de sal, que necesitan para volver las calles y carreteras menos peligrosas - han caído a niveles muy bajos.
En algunos lugares, la reserva de sal es sólo suficiente para tres días, reportó la BBC, que anuncia además la cancelación de decenas de eventos deportivos en todo el país, a causa del clima.
Los únicos que parecen seguir festejando el temporal son los niños, que reciben todas las mañanas con alegría la noticia de que otra vez no tendrán que ir a la escuela.
