El jueves pasado se hizo público que Telefónica (empresa de comunicaciones española dueña de Telefe, canal argentino) tenía pensado demandar a Cuevana tv, el sitio web donde se pueden ver películas y series online más popular del momento. Los abogados de Telefe avisaron que demandarían al sitio argentino por violar derechos de autor.
A partir de ese momento, las redes sociales se saturaron de mensajes referidos al tema, y los hashtags #Cuevana y #FuerzaCuevana fueron los más usados el fin de semana, lunes y martes en Argentina. #FuerzaCuevana fue TT (trending topic: palabras clave más usadas en determinado momento en Twitter) casi instantáneamente, también porque su autor, Tomás Escobar, de 22 años, adelantó el lanzamiento del rediseño de la página.
El domingo a la noche, en medio de las lluvias y cuando las personas suelen ver más películas, el sitio sufrió lo que parecía un hackeo y estuvo caído varias horas seguidas. En realidad, no era un hackeo sino la estampida de los propios usuarios que querían entrar a la página al mismo tiempo. Lo que sí sucedió fue que desconocidos disfrazados de “terroristas” lograron subir un link a la página, en la que aparecían encapuchados, diciendo que el sitio había sido hacheado y que “la información de más de dos millones de usuarios ha sido comprometida gracias al paparulo de Tomás”. El link fue removido de la página, y el video puede verse acá. Cuevana tiene alrededor de 12 millones de usuarios mensuales.
Según informó La Nación, el lunes el vocero de Telefe, Francisco Mármol, dijo que el canal no presentó demandas contra Cuevana. "Telefé no tiene una cruzada contra Cuevana, y no hay ninguna demanda presentada. Sí se está debatiendo en el seno de su directorio y dentro de las asociaciones de productoras y distribuidoras la actitud por seguir con este tipo de ilegalidades", dijo el ejecutivo, que también tiene a su cargo los noticieros del canal, propiedad de Telefónica de España. Según el directivo, serán las cámaras empresarias las que decidan qué hacer en los próximos días.
