Director de Peluffo Giguens dice que no renunciará

El plantel de médicos de la Fundación Peluffo Giguens (FPG) anunció que renunciará en marzo si el director de la Fundación, Jorge Bartesaghi, no se aparta del cargo. Bartesaghi negó las acusaciones de falta de medicamentos contra algunos tipos de cáncer y dijo que no renunciará bajo presión.

Actualizado: 04 de enero de 2012 —  Por: Clara Esmoris

Director de Peluffo Giguens dice que no renunciará

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La Fundación Peluffo Giguens complementa el apoyo que el Estado da a los niños que padecen cáncer. A fines de diciembre, el semanario Búsqueda publicó una entrevista a Ney Castillo, uno de los fundadores, en el que este criticaba la forma en la que se manejaban los recursos de la Fundación. Días más tarde, el consejo directivo decidió despedir a Castillo “por agravios gratuitos al consejo directivo”, dijo a 180 Jorge Bartesaghi, presidente de FPG.

El martes 3 de enero, el cuerpo de médicos, que apoya a Castillo, publicó un comunicado en el que advierten que si Bartesaghi no renuncia a la presidencia, todo el cuerpo de médicos cesará sus funciones el 1 de marzo.

Los médicos critican que en algunas ocasiones no han podido acceder a los medicamentos necesarios para determinados tratamientos. Según Bartesaghi, los medicamentos no han faltado. Rodrigo Barcelona, integrante del plantel de médicos de la FPG, dijo que la crítica es porque no se compran “los que se deberían haber comprado”, sino otros que no son de primera línea, principalmente para el tratamiento de la leucemia, el cáncer infantil más frecuente. “Es decir que se ha cambiado el protocolo”, afirmó el médico. Bartesaghi dijo que los medicamentos son obligación de Asse por contrato. “Hay un solo medicamento que Asse no da, porque una ampolla cuesta seis mil dólares, y nosotros lo damos. Jamás se usaron medicamentos de segunda, hasta donde yo tengo entendido”.

Otra de las críticas principales de los médicos es que no se haya creado una unidad de cuidados paliativos. El 30% de los niños con cáncer no sobreviven. “A esos niños, una vez que no tienen posibilidad de curarse, todavía quedan muchas cosas que hacer por ellos, como el acompañamiento, los analgésicos, asegurar que no sufran dolores, tratamiento psicológico”, explicó Barcelona. “Esos recursos no están, y lo que hacemos los médicos, las enfermeras y el resto del personal, es ir a sus domicilios a visitarlos cuando encontramos huecos y no estamos de guardia”, contó.

El área instrumental y de diagnóstico es otro de los puntos que más fuerte se critican. Hace unos años, gracias a una donación, la Fundación adquirió un citómetro de flujo que cuesta unos 250 mil dólares, que sirve para hacer diagnóstico y seguimiento de la enfermedad. “Lo único que tenía que poner la Fundación era el recurso humano y los insumos del equipo y se nos dijo que no”, afirmó Barcelona.

También critican que los equipos de radioterapia no son los más adecuados para tratar niños, ya que los efectos secundarios en éstos son muy importantes.

Sumado a esto, el plantel de médicos no está de acuerdo en que se invierta más de un millón de dólares en la creación de un centro de telemedicina, que sirve para tener teleconferencias, estar en contacto con otros especialistas y hacer el seguimiento de otros tratamientos. “No hay un diálogo, nunca hay recursos, y ahora sí se puede invertir en este centro de telemedicina, que está bien, pero no es algo que la Fundación tenga que priorizar”.

Barcelona dijo que las renuncias del equipo médico estarán a disposición del Sindicato Médico. “Este tiempo es una pausa para que se negocie con el Ministerio de Trabajo y con el resto de las partes involucradas. Por la respuesta de Bartesaghi hoy a la mañana, evidentemente el diálogo no está muy abierto”.

“Este tema salió ahora en la prensa, pero el problema tiene años de evolución, en los cuales se intentó no afectar la imagen de la fundación, pero el precio a pagar por cuidar esa imagen es muy alto, porque se ven afectados los pacientes. Nosotros con Bartesaghi no podemos seguir”, dijo.

Bartesaghi, por su parte, dijo que se le ha hecho un “gravísimo daño” a la imagen de la Fundación, “que tantos años costó construir”. En cuanto al pedido de renuncia de los médicos, expresó que él no estaría dispuesto a renunciar “bajo elementos de presión”. “Bajo elementos de razón, sí estaría dispuesto (a renunciar). A medida que se me demuestren cosas de suficiente gravedad o que me lo pida el Consejo Directivo”.

Esta tarde se reunirán las partes en el Ministerio de Trabajo.

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