"No podemos negar que esto (la sequía) es grave y, si persiste hasta fines de enero, estamos ante una situación realmente mala de producción", dijo Solís a radio El Mundo, aunque negó que la situación sea similar a la que se registró en 2008, cuando se perdieron 35,4 millones de toneladas de granos.
El funcionario dijo que el fenómeno climático de escasez de lluvias conocido como La Niña, que afecta a la rica pampa húmeda, en el centro de Argentina, obligó a modificar a la baja las previsiones para la cosecha de la actual campaña.
El gobierno tenía "una previsión importante, suponíamos que íbamos a estar alcanzando las 110 millones de toneladas. El cierre del año pasado fue de 103 millones de toneladas. Este año, estaremos rondando los 100 millones, porque hay que ver cuál es la merma que tiene el maíz", el cultivo más perjudicado por la sequía, afirmó Solís.
Argentina es el segundo exportador mundial de maíz, el principal proveedor internacional de aceite y harina de soja y el tercero del grano de la oleaginosa, así como el cuarto de trigo.
Productores agropecuarios y ganaderos se declararon el domingo en alerta por la persistente sequía que no sólo amenaza perjudicar la cosecha de cereales y soja, sino también las reservas ganaderas del país.
La Federación Agraria Argentina, que nuclea a pequeños y medianos productores, realizará el lunes asambleas en Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y Santa Fe (centro), las provincias más afectadas por la sequía, para reclamar al gobierno "un fondo de ayuda extraordinaria".
De su lado, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Norberto Yauhar, convocó a la Comisión de Emergencia Agropecuaria para intentar "llegar a todas las zonas afectadas y a los productores que más lo necesiten".
El Servicio Meteorológico Nacional anticipó que el martes se registrarán lluvias intensas en las zonas perjudicadas por el déficit hídrico.
(AFP)