A fines de diciembre, el número de personas sin trabajo era de 5.273.600, en aumento respecto al trimestre anterior en el que 4.978.000 personas carecían de empleo (21,52%), anunció el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Esta cifra es ligeramente inferior a los 5,4 millones de desempleados anunciados en los últimos días por el presidente del gobierno conservador español, Mariano Rajoy, que convirtió al empleo en una de las grandes prioridades de su mandato, junto con la lucha contra el déficit público.
El aumento del desempleo es especialmente dramático para los menores de 25 años, más de la mitad de los cuales (51,4%) se encuentra sin trabajo, frente al 45,8% a finales de setiembre de 2011.
También se incrementó en el último trimestre el número de hogares en los que todos los miembros están desocupados, situándose en 1,575 millones.
Pese a congratularse por los esfuerzos de rigor presupuestario del nuevo gobierno, el Banco de España, la Unión Europea y el FMI expresaron en los últimos días su preocupación por el creciente desempleo y urgieron a España a reformar cuando antes su mercado laboral, considerado demasiado rígido.
El gobierno español prevé adoptar una ley en este sentido próximamente.
