Valeria Tanco

Murga La Mojigata: la X en la ecuación

Ver a La Mojigata es siempre una experiencia extrema, el espectador se siente parte de un experimento extraño.

Actualizado: 16 de febrero de 2009 —  Por: Valeria Tanco

Su excéntrica forma de practicar la religión de dios Momo la lleva a intentar exorcizar demonios propios y ajenos, desear el exilio y hasta a jugar con la posibilidad de ser excomulgada.

Extrovertida y Mojicéntrica, es la X en la ecuación. Intentemos despejarla, aunque la murga no sea una ciencia exacta.

Usted viene a ver la murga/ como si fuéramo´ algo exótico

no somos mas que fueguitos/ alumbrando al mundo entero

*En itálica: fragmentos del repertorio 2009.

La Mojigata se presentó en el Teatro de Verano el jueves 10 de febrero para la Primera Rueda del Concurso Oficial.

La Mojigata XL

Nos vamos aburguesando/

Cada vez más somos menos raros/

Nos fuimos almidonando/

Nos vamos acostumbrándonos/

A vivir

En sus diez años de vida La Mojigata fue volviéndose adulta frente al escrutinio público. Para este 2009 hasta se puso corbata: aunque sea pintada sobre el vestuario que usan en el medio, tenga mucho de lúdico en su diseño y un estilo personal para cada uno, el nudo está hecho.

También fue cambiando de talle, ahora tiene pancita y flotadores de treintañera y se ve forzada al extra large. Fiel a sí misma, mantiene el niño interior en el exterior, pero con las arrugas incipientes y las líneas de expresión marcadas. Sigue con su ejercicio del desencanto, de sí misma y de la vida misma, pero tal vez sea menos duro y agresivo que otras veces.

La murga, como es su costumbre, hace terapia en el escenario y canta su preocupación por el aburguesamiento que conlleva volverse adulto, su luto por dejar al punk atrás y su culpa por gustar del acid jazz.

Nos vamos fanatizando/

Tinto y seguro merlotizando/

Cabernet suviñozando/

Tamos quedándonos medio VCP/

Como usted

La Mojigata X Files

En verdad nosotros venimos a verlos a ustedes/

Como es un yorugua que quiere, que tiene y que puede/

Acá el doble discurso tiene las patas muy cortas/

Se queja todito el año y le va a sacar foto a los lobos marinos

El juego barroco con el idioma, la música, la métrica y el absurdo del cual La Mojigata es experta y defensora, se exacerba en este espectáculo. Sus archivos secretos están en esta oportunidad más difíciles de desclasificar que de costumbre. El concentrado de ideas, opiniones y palabras que dicen mucho produce un exceso de información que lleva a necesitar verla más de una vez para entender. No soy de las que cree que eso sea una virtud artística, por el contrario, pienso que sería mejor poder equilibrar forma, intención y contenido para transmitir más fácilmente. Pero así es La Mojigata, un dolor de cabeza. Por ser políticamente incorrecta y por exprimir neuronas sin piedad.

Miren que Bush casi marcha/ con un Parabiago en la frente/

Parabiago que antes tiraban/ en los reclames de Chele/

Chele que al revés es leche/ que antes tiraban en la carretera

La Mojigata X Games

El deporte extremo favorito de la murga es el cooperativismo. Y lo practican en forma permanente, ejercitando el músculo de la votación en asambleas ya legendarias en el ambiente carnavalero, donde se deciden desde cuestiones prácticas hasta contenidos y posturas. La Mojigata vive y defiende la utopía de la creación colectiva, de la horizontalidad en la cuestión artística. A pesar de que, en mi opinión, cualquier disciplina ligada al arte debe ser vertical en muchos aspectos, la murga se empeña en demostrar que no es utópico hacer lo contrario. Sólo por poner un ejemplo visible de esta forma de funcionamiento, este año Darío Prieto – su arreglador coral y director escénico histórico- sale en la cuerda. La interna no es relevante, pero desde afuera no se entiende y el resultado es por lo menos polémico.

Cada uno es lo que ha sembrado/

Y después cosecha lo que sembró/

Nada es mas simple/ ya no hay mas trampas/

Nada se pierde/ Bruno Díaz es Batman

Marque con una X

Se va llevando/

Voces van hablando/

Y casi todo puede pasar/

Vamos tirando/

Negando afirmando/

Y las dudas que vienen y van

Los casilleros de La Mojigata están todos marcados con equis. Aunque las opciones sean excluyentes entre sí. La murga vive sus contradicciones abriéndolas, desgarrándose en una honestidad valiente que hace foco en su máxima paradoja: su nombre quiere decir hipócrita, cobarde, afectada, puritana. Nada menos mojigata que La Mojigata.

A pesar de que muchas veces los espectadores quedemos del lado de afuera, a pesar de sentirnos ofendidos o atacados, esta murga es siempre un placer para la cabeza y el corazón. Dulce y amarga, inocente y curtida y, por encima de todo, con una sensibilidad exquisita.

Miramos al espejo/ pidiéndole respuesta

Doblar la apuesta/ o retirarse sin jugar

Y el espejo nos mira/ respira ese reflejo

Queda callado/ y la respuesta es su mirar

Me extralimité. Me mojigatée. Es extenuante. Las excusas del caso por los excesos. Hasta la próxima.

Quién dijo que cantar es exactitud/

Quién puede exacerbarse con pulcritud



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