Con 31 años Alfaro tiene un currículum de miedo. Fue preparador físico de la selección uruguaya de básquet, la Unión de Rugby del Uruguay, Biguá, Halcones de Xapalas y Aguada. Actualmente prepara a Forlán, Osimani y García Morales, entre otros deportistas, desarrolla el proyecto Athletic Dome junto a su amigo y socio Federico Izeta y es director deportivo de Biguá.
Su primer emprendimiento personal fue un gimnasio con Izeta en La Estacada, sede de Champagnat, equipo de rugby en el que jugó. “Le arrendábamos a Champagnat los aparatos para poder usarlos con los deportistas. Allí arrancó una etapa muy disfrutable con mucha gente que se empezó a arrimar”, comentó.
En su paso por la selección de básquetbol, donde trabajó con Jorge Botejara y su amigo Santiago Espasandín, conoció a García Morales, Osimani, Mauricio Aguiar y Emilio Taboada. Ellos fueron de los primeros que comenzaron a ir al gimnasio. El profesor también nombró a Nelson Semperena, Marcelo Broli e Ignacio Iturralde. “Temprano había ronda de mate y después a laburar. Era un clima bueno y sano con gente que podía ser más o menos talentosa pero que tenía la filosofía de entrenar para mejorar”, recordó.
A ese sitio llegó un día Forlán. “Fue con Guillermo González, un preparador físico amigo, porque quería seguir trabajando durante una de las últimas vacaciones de julio que tuvo en el Manchester y empezar a vincularse al entrenamiento de fuerza”, contó Alfaro.
Tras ese primer contacto Alfaro e Izeta, quien ahora está en Italia entrenando a Edinson Cavani, empezaron a mandarle a Europa y por correo electrónico pautas “básicas” de entrenamiento y lo entrenaban con “programas complementarios” cuando Forlán venía a Uruguay.
Pero en 2006 el jugador los llamó y les dijo que los quería en España para seguir con los trabajos que hacía en Uruguay. “Justo coincidía que yo me iba al Mundial juvenil de rugby en Irlanda y después ya seguí a España”, dijo Alfaro.
A partir de ese momento, además de entrenarlo cuando Forlán venía a Uruguay a fin de año lo empezó a hacer en España cuando se terminaba la temporada.
La “locura” del 2010
El preparador físico trabajaba en Halcones cuando, sobre fines de enero de 2010, lo llamó Forlán que “ya tenía la cabeza en el Mundial”. Le pidió a Alfaro que se fuera a España a planificar la preparación para el Mundial. “Estaba con el Mundial, el Mundial, el Mundial”, recordó el entrenador.
Alfaro le avisó a Forlán que iba a tener que hacer “un esfuerzo inhumano” por el objetivo. “Decirlo hoy suena fácil pero en su momento se la tenía que jugar él y bancarme a mi si le pasaba algo porque la preparación la iba a hacer mientras jugaba la Liga española y la Europa League”, dijo. “Íbamos a hacer en plena competencia una preparación que habitualmente se hace cuando el deportista está en vacaciones”, agregó.
El preparador físico viajó a España, armó un gimnasio de cero en el garaje de la casa del jugador y comenzó el entrenamiento. “Diego se levantaba a las seis y media de la mañana, tomaba el complemento, dormía 40 minutos más y bajaba al gimnasio. Ahí entrenábamos un estímulo corto de determinados componentes y se iba al entrenamiento del Atlético. Terminaba, almorzaba, dormía una siesta y volvíamos a entrenar. Un entrenamiento de regeneración y recuperación que sumaba un estímulo más. O sea él le sacaba dos entrenamientos a los compañeros en menos de 24 horas”, contó.
Alfaro dijo que Forlán “se fumó cosas por las que más de uno puede decir ‘son unos anormales’” pero lo hizo porque “fue la apuesta que hubo que hacer para el Mundial”. Manifestó que Diego “luchó” y “rompió paradigmas” porque si se lesionaba en medio de los torneos “la película hubiera sido otra”. “Nunca le vendí humo. Le dije que nos podía salir bien o mal. Y juntos lo asumimos y fuimos los dos a morir”, agregó.
El profesor destacó el apoyo del jugador y su familia, valoró el trato que le dieron y recordó que el objetivo de Sudáfrica comenzó cuando durante los festejos por la clasificación, Alejandra Forlán le dijo a su hermano que el Mundial era un sueño para ella y Diego le prometió que iba a “romperla” en el torneo.
La Copa América y los Juegos Olímpicos
Un año después del Mundial Alfaro volvió a viajar a España para entrenar a Forlán de cara a la Copa América. “Hicimos un proceso similar aunque no tan largo y con otros contenidos. Estuvo más interesante porque como Quique Sánchez Flores no lo ponía no hubo que cuidarse tanto en cuanto a cargas y estímulos”, contó.
Alfaro adelantó que ahora Forlán tiene el objetivo de poder estar en los Juegos Olímpicos. “Sueña con jugarlos y llevar la bandera uruguaya en la ceremonia inaugural”, dijo.

Alfaro más allá de Forlán
“Mi satisfacción personal es la venta a los jugadores de un estilo de vida y de lo que significa ser deportista. La formación, la conducta, la dedicación, el cariño, la pasión y la disciplina que le tenés que poner a todas las cosas para que salgan adelante”, contó Alfaro a 180.
Para el entrenador “la pasión” permite “consolidarse en lo que uno busca” y es la que motiva “para alcanzar objetivos que van mucho más allá de ganar el fin de semana”.
“Los que quieren llegar, llegan. El nivel se los va a marcar el talento. Si pueden jugar en la liga de España o en el fútbol uruguayo pero que llegan, llegan”, dijo el preparador físico.
Alfaro destacó a los deportistas que se dedican al deporte de tiempo y marca. “El esfuerzo que hacen es tremendo”, indicó. “Se desloman para ponerse una pilcha celeste y tienen que tener una cabeza muy fuerte” para superar las adversidades.
Por todo eso, junto a Izeta, creó el Athletic Dome. Lo define como “un centro para quienes quieran formarse como deportista y mejorar su educación”. Y profundizó acerca de los objetivos del proyecto: “A la vez que mejoran su performance deportiva también aprenden cómo y por qué se hacen ciertos ejercicios, qué tienen que comer, cuáles son las mejores y las peores maneras de recuperarse, las estrategias de viaje y otra cantidad de cosas que implica ser deportista”.
Alfaro es además el director deportivo del Biguá. Desde su llegada impulsó el criterio de “la vuelta al movimiento” lo que revolucionó la sala de musculación del club que ahora tiene pocos aparatos y muchas pelotas. “La sala de musculación es como un bebe para mi y agradezco a los dirigentes que me bancaron la cabeza de renovar todo en base al concepto de revalorizar la imagen del profesor y de la gente que trabaja en el club como capital humano para que fuera la punta de lanza del proyecto”, dijo.
Explicó que “conceptualmente” el criterio es que los profesores les muestren a los socios cuáles son los caminos del movimiento, por dónde deben moverse y educarlos en cómo tienen que actuar en su vida diaria en cuanto a movilidad, estabilidad y fortaleza para que entiendan dónde tiene que ir esa “reestructura del movimiento”.
“Cuando agarrás una máquina el movimiento que hacés es el que está estipulado por la máquina. Solo hay un camino de cómo hacerlo. Estamos cambiando el enfoque”, dijo Alfaro que destacó que ese concepto está ahora en el mundo y es el que desarrollan los clubes más innovadores.

Alfaro con García Morales y Osimani.