Pérez afirmó a No toquen nada, de Océano FM, que tras los asesinatos cometidos por dos enfermeros en el Hospital Maciel y en la Asociación Española “institucionalmente se ha puesto en jaque todo lo que es el equipo de salud, se lo ha puesto a la defensiva”. Esto ha llevado a que los sindicatos emitan comunicados en los que alertan que no aplicarán medicación paliativa del dolor sin prescripción médica por escrito, extremo que compromete la correcta atención de los pacientes en momentos de emergencia, señaló.
“Es un principio de enfermería que no se da nada si no está debidamente corroborado y con indicación médica. Ahora, existen situaciones donde esa indicación médica se hace en forma verbal por la urgencia que implica el tratamiento”, afirmó. Por ejemplo, ante un paro cardíaco en un CTI “no se puede esperar a que un médico dé las indicaciones por escrito porque no lo resiste la vida del paciente”.
“Lo mismo si ingresa un paciente tras un accidente de tránsito. Las indicaciones se hacen en forma verbal porque inmediatamente lo que hay que hacer es calmar el dolor para evitar el shock del paciente”, agregó.
Pérez trabaja como enfermero en el CTI del Hospital Pasteur. Según él, “la morfina es una droga muy noble y se la ha puesto en jaque. Nos ingresan los pacientes y si uno le manifiesta que le va a dar morfina poco menos que nos miran como si los fuéramos a asesinar”. “Es una droga noble, de aplicación múltiple, fundamentalmente para aliviar el dolor. No significa que vaya a matar una persona. Se utiliza en los pacientes recientemente operados, en los accidentados, en los fracturados, incluso como forma de aliviar el dolor a los pacientes oncológicos que están en etapas terminales”, ejemplificó.
La respuesta institucional desde el Ministerio de Salud Pública también fue cuestionada por Pérez. Según él, si bien se dice que se va a respaldar a los funcionarios la respuesta hasta ahora ha sido la de presentar la denuncia en la justicia sin ver primero qué sucedió.
“La confianza no se reestablece haciendo denuncias de manera institucional sin antes hacer las debidas investigaciones, como sucedió en Colonia”, afirmó. “Creemos que esa no es la forma de actuar. Nosotros hemos estado peleando como gremio por cuestiones de seguridad. Peleamos porque las camas tuvieran baranda, porque los monitores tuviera precintos para sujetarlos porque en algún momento un paciente tiro de los cables y se le cayó encima, porque los aires acondicionados estuvieran como corresponde. Ahora, la primera medida de seguridad que hoy existe es que las áreas críticas tengan el personal que corresponde de acuerdo a los mismos protocolos que tiene Salud Pública”, señaló.
Pérez puso como ejemplo la situación del Hospital Maciel donde el CTI tiene 25 camas pero nueve están clausuradas por falta de enfermeros. “Cuando falta gente y tenés las 25 camas ocupadas se trabaja a destajo y eso significa que nadie es responsable del paciente y se está expuesto a cometer múltiples errores”, lamentó. “El equipo de salud tiene que estar completo para poder atender bien a la gente”.