Cuando salió Cerrito todos los que estábamos en el Parque pusimos los ojos sobre el número dos. Un muchacho rubio y de buen lomo que saludaba a sus compañeros. El mismo al que el padre le había pedido durante toda la semana por radio que no se mandara “ninguna cagada”.
Con 23 años y tras pasar por Peñarol, Danubio, Central y River llegó a Cerrito sobre mediados del 2010.
Ante Nacional jugó como lateral y fue uno de los mejores de su equipo aunque por ese lado concentró el juego el tricolor y casi siempre lo doblaron. Gonzalo Bueno, Tabaré Viudez, Matías Abero y el Chino Recoba complicaron a Sonsol al que le faltó compañía.
Igual, el espectáculo estuvo en la cabina. En el entretiempo parecía que el que había entrado a la cancha era Alberto. Había cola en la puerta de la cabina de radio Sport, donde transmite, para saludarlo y una cámara lo siguió durante buena parte del relato.
Sonsol llamó a su hijo "nene", "mi hijo" y "botija" y le pidió a sus comentaristas que lo "ponderen" luego de un quite.