Entrevista de Joel Rosenberg con el diputado Iván Posada, emitida en No toquen nada (Océano FM)
“La interrupción del embarazo no será penalizada para el caso que la mujer cumpla voluntariamente con los requisitos que se establecen en el artículo siguiente y se realice antes de las primeras doce semanas de gravidez”. Así empieza el articulado del proyecto de ley del Partido Independiente para despenalizar el aborto, un proyecto de ley que puede ser en todo caso una salvación para el Frente Amplio que no tiene los votos en diputados para aprobar el texto ya sancionado en Senado, redactado por Mónica Xavier y Álvaro Vega. Ese voto que falta sería el del diputado Iván Posada.
Joel Rosenberg: Posada, ya tuvo negociaciones con el Frente Amplio, ¿no? Ha estado hablando con legisladores.
He estado hablando, ciertamente. Quiero hacer una constancia que me parece importante. En realidad un proyecto que yo he presentado pero que en el caso del Partido Independiente se ha entendido que este es un tema de libertad de consciencia y en consecuencia no se ha establecido ningún tipo de mandato desde el punto de vista político. Los dos legisladores que representamos al Partido Independiente hemos quedado en libertad de acción. De hecho, este proyecto es la tercera vez que lo presento en el ámbito parlamentario.
Es más a título personal.
Exacto.
Pero no deja de ser un proyecto del Partido Independiente.
Bueno, firmado por un legislador del Partido Independiente, obviamente.
En las negociaciones con el Frente Amplio, ¿se ha avanzado? ¿Se ha discutido? ¿Cómo van?
Tuvimos dos reuniones donde se me acercaron las propuestas o contrapropuestas que el Frente Amplio hace a algunos artículos de mi proyecto.
En su proyecto se habla de que es más equilibrado, el del medio de dos posiciones antagónicas. Dice, por ejemplo, un párrafo: “Todas las modificaciones propuestas por el presente proyecto de ley apuntan a preservar siempre que sea posible todos los derechos y valores en juego. El derecho de nacer del concebido, los derechos de la mujer y los derechos de la sociedad de construir una comunidad más digna de todos los ciudadanos”. ¿Por qué se ubica en esta vía del medio?
Bueno, yo creo que este es un tema que indudablemente a la hora de discusión despierta pasiones, y de hecho las posiciones que han primado son justamente las que de alguna manera establecen una defensa de esos valores a ultranza. Por un lado, el derecho a nacer del ser concebido y por otro lado el derecho de la mujer a practicarse el aborto porque en definitiva se entiende que es parte de su cuerpo. De hecho esta última posición que refiero es la que está planteada en el proyecto de ley que tiene media sanción y que ha impulsado el Frente Amplio.
Usted no acompañaría ese proyecto.
Es más, Joel, yo diría que cada vez que un proyecto de similares características se puso a consideración en el ámbito del Parlamento, y ha sucedido desde que yo estoy en el Parlamento por lo menos dos veces en dos periodos anteriores, yo he votado en contra de ese proyecto porque entiendo que se afilia a la defensa de un derecho que considero que debe ser tenido en cuenta, pero que el hecho de ser tenido en cuenta no debe de ninguna manera dejar de lado el otro derecho que también tiene que estar presente en una situación delicada, compleja.
¿Dónde piensa usted que el proyecto logra ese equilibrio que no se ha logrado en los otros proyectos?
Bueno, la clave es la consulta con los consejeros profesionales. Yo creo que esa instancia es clave. Porque allí existe verdaderamente posibilidades de dar contención a la mujer, de darle apoyo; de suministrar información que de alguna manera le va a dar un mayor contexto como para tomar una decisión con mayores elementos de juicio. Esos aspectos para mí son fundamentales.
Aquí dice el artículo 2: “El médico dispondrá de inmediato la consulta con un equipo interdisciplinario, integrado al menos por tres profesionales, de los cuales uno deberá ser médico, pudiendo ser el médico consultado, otro deberá tener especialización en el área de la salud psíquica y el restante en el área social”. ¿En qué se diferencia esto con lo que existe hoy basado en la Ley de Salud Sexual y Reproductiva? Más o menos dice lo mismo, arma un equipo interdisciplinario, un equipo que atiende de la salud sexual y reproductiva y que es obligatorio que esté en todos los hospitales y las mutualistas.
Claro, ese tiene un rol estrictamente asesor en materias de políticas de salud. Acá estamos hablando de una instancia donde tendrán concretamente una reunión, una entrevista, con la mujer que plantee realizarse el aborto. Ahí hay una diferencia sustancial.
Pero si uno lee la ley dice: “Asesoramiento y adopción de medidas de protección de las mujeres frente al aborto provocado en condiciones de riesgo” y después cita una ordenanza que es de Salud Pública del 2004 cuando se aprobó lo que hacía Iniciativas Sanitarias.
Sí, de hecho la experiencia de Iniciativas Sanitarias está referida en el proyecto, en la exposición de motivos, porque entiendo que es una experiencia válida que se ha realizado en nuestro país y que por cierto la tomamos en cuenta a la hora de incorporarla como un elemento de juicio.
O sea que el grupo sería parecido al anterior pero más específico. No toda el área de salud sexual y reproductiva sino que sería un equipo interdisciplinario específico para este tema.
Exactamente.
El proyecto establece que “al menos uno de los profesionales que integren el citado equipo debe pertenecer a la lista del personal con objeciones de consciencia”. ¿Puede explicar un poco esto?
Claro, porque lo que está previsto en el proyecto es que, en realidad, frente a este tema, al tema de realizarse un aborto, puede haber médicos que tengan objeciones, es decir, que desde el punto de vista ético no estén de acuerdo, y en consecuencia lo que se prevé en el proyecto es que esos médicos tengan la posibilidad de manifestarlo y de realmente plantearlo en una lista donde en definitiva estarían todos los que tienen objeciones para participar en estas prácticas.
¿Puede ser el médico o el psicólogo o el psiquiatra? ¿Puede ser cualquiera o alguien de la ONG o tiene que ser el médico?
No, no, tiene que ser uno de los profesionales de ese instituto de medicina integral.
Pero puede ser alguien de una organización social también.
No.
Puede ser el médico o el psicólogo.
Estamos hablando de un profesional universitario, es decir, de los que participan, de los que forman parte del cuerpo médico o de otras áreas dentro de la asistencia médica integral en ese nosocomio.
Como esto es una novedad, le pregunto: ¿Qué piensa usted que puede aportar que la mujer en esa situación, que es crítica en el estado en que se encuentra, en general, hable con una persona que tiene objeción de consciencia? ¿Qué le puede aportar?
Simplemente la idea de que una de esas personas tenga objeciones de consciencia es para evitar una banalización de las prácticas. Ese era el sentido. Es decir, que haya una instancia donde en definitiva los que participen se genere una especie de equilibrio en cuanto a esa situación.
¿Los otros serían a favor? No. ¿Por qué un equilibrio?
No, no. Por eso dice “al menos uno”. Lo que sí está establecido es que no puede haber ningún tipo de presiones a la decisión de la mujer. Esta instancia es una instancia de información, de contención, de apoyo, pero en ningún caso puede ejercerse en ningún sentido presiones sobre la decisión de la mujer. Por eso, incluso, la instancia posterior de los cinco días de reflexión, porque nos parece que no debe ser una decisión inmediata, sino que una vez que se tuvo esta consulta, esta entrevista, debe darse un tiempo de reflexión para que la mujer tome la decisión más adecuada.
Eso queda claro. Lo que no me queda claro, por eso le preguntaba, es si los otros no están no son pro aborto, si son todos profesiones, por qué tiene que haber uno que tenga objeción de consciencia.
Esa es la objeción en la que ha puesto mayor énfasis el Frente Amplio, en lo que me entregaron, y es uno de los aspectos que en particular vamos a analizar.
Porque usted sabe en esos momentos, seguramente conoce mujeres que han estado en esa situación, alguien que tiene objeción de consciencia la tiene filosófica o religiosamente, y plantearle esa exposición en ese momento no debe ser una situación sencilla, me imagino, para la mujer.
Pero no está con la idea de que sea planteada la objeción. Yo creo que ahí puede haber un problema de redacción.
Yo me imaginaba una charla mano a mano donde le explicaba por qué tenía objeción de consciencia en ese momento.
No.
No es la idea.
No es la idea. La idea es que esa instancia sea una instancia más bien de apoyo, de contención. Generalmente cuando una mujer toma una decisión de practicarse un aborto normalmente lo hace en una situación desesperada, muchas veces en un contexto familiar adverso, sola, sin tener ningún tipo de posibilidad de hablar con nadie.
Eso es culpa del sistema hoy en día porque por ley hoy deberían atenderla en cualquier mutualista u hospital y tratarla con un equipo, ayudarla.
Sí.
Es culpa del sistema que no lo ha propiciado, que las mutualistas no lo han puesto.
Creo que de este tema realmente no ha habido políticas, así como no ha habido políticas activas en materia de planificación familiar, o estas en todo caso se han desarrollado desde hace pocos años atrás, y todavía yo creo que sin tener realmente un impacto sobre todo en el caso de los hogares más pobres, también se da esta situación con lo que se aprobó en el periodo pasado. Es decir, la instrumentación de todos los aspectos que estaban previstos en el proyecto de ley, en la ley, y que no fueron vetados, igualmente no han tenido un desarrollo acorde a la importancia que tiene el tema.
Usted decía que en la primera aproximación pusieron algunas objeciones, pero más allá de la impresión que se llevó en la primera charla con legisladores del Frente Amplio, ¿es que se puede avanzar o la ve difícil?
Yo creo que hay puntos en los cuales podemos llegar a acuerdo. Yo creo que el énfasis mayor estuvo justamente en este punto, así que pienso que en lo demás aspectos que se han planteado en todo caso veremos si realmente puede ser nuestro punto de vista incorporado al proyecto.