Mujica empezó su intervención agradeciendo a las autoridades presentes, al pueblo de Brasil, a su presidenta Dilma Rousseff y a “la buena fe que seguramente han manifestado todos los oradores” que lo precedieron.
A continuación, Mujica expresó que haría algunas “preguntas en voz alta” al respecto del “desarrollo sustentable y de sacar a inmensas masas de la pobreza”, del que se había estado hablando “toda la tarde”.
“¿Qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?”, preguntó Mujica. “Hemos creado una civilización hija del mercado, hija de la competencia, que ha deparado un progreso material portensoso y explosivo”, indicó.
El presidente dijo que la economía de mercado actual ha creado sociedades de mercado y se preguntó: “¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros?”
Mujica cuestionó la competencia entre los mercados con otra pregunta: “¿Es posible hablar de solidaridad y de que estamos todos juntos en una economía que está basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llegan nuestras fraternidades?”
“La gran crisis no es ecológica, es política”, sostuvo Mujica. Agregó que el hombre no gobierna “las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan al hombre”.
“Venimos a la vida intentando ser felices, porque la vida es corta y se nos va, y ningún bien vale como la vida”, expresó. El presidente dijo que el “híper consumo” es lo que está agrediendo al planeta y que ese híper consumo debe “generar cosas que duren poco porque hay que vender mucho”. Sobre esto ejemplificó con las lámparas eléctricas: “Hay lamparitas eléctricas que pueden durar 100.000 o 200.000 horas, pero no se pueden hacer porque el problema es el mercado”
El primer mandatario indicó que la civilización actual es “de uso y tire” y citó a “los viejos pensadores” como Epicuro, Séneca y los Aymara: “pobre no es el que tiene poco sino que verdaderamente pobre es el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más”.
Mujica dijo que acompañará los acuerdos que se están firmando y que sabe que algunas cosas que expresó “rechinan”.
“Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir”, dijo Mujica, y destacó algunas características de Uruguay: dijo que hay 13 millones de vacas que son “de las mejores del mundo” y también “8 o 10 millones de ovejas estupendas”. Indicó que Uruguay exporta comida, lácteos y carne y que es una penillanura, por lo que “casi el 90% del territorio es aprovechable”.
Mujica destacó la lucha por los derechos de los trabajadores, pero criticó que al conseguir el derecho a trabajar seis horas, las personas consiguen dos trabajos por lo que trabajan más que antes. Dijo que esto sucede porque se debe pagar “una cantidad de cuotas: la motito que compró, el autito que compró, y pague cuotas y pague cuotas, y cuando quiere acordar, es un viejo reumático como yo y se le fue la vida, y uno se hace esta pregunta: ¿Ese es el destino de la vida humana?”
“El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad, tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor arriba de la tierra, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental”, reflexionó Mujica, y finalizó su discurso diciendo que el primer elemento del medio ambiente es “la felicidad humana”.