Al lado de la estadounidense, Radwanska parece un peso pluma, tanto en el plano físico como en el de palmarés. Serena Williams, de 30 años, tiene 13 títulos de Grand Slam, cuatro de ellos en Wimbledon (2002, 2003, 2009 y 2010).
La menor de las hermanas Williams disputará su 18ª final de Grand Slam, la séptima que juega en Wimbledon, donde consagra el éxito deportivo de la familia, ya que desde el año 2000 solo han pasado dos (2006 y 2011) sin que ella o Venus, heptacampeona en el All England Club, estuvieran en la final.
Radwanska, de 23 años, nunca superó los cuartos de final en un Grand Slam. La polaca debe su clasificación en el número tres mundial de la clasificación WTA a sus éxitos en torneos secundarios (Dubai, Miami y Bruselas este año).
En caso de victoria en la final del sábado, Radwanska sería la nueva número uno del mundo. Sería la cuarta jugadora que lo conseguiría este año, después de la danesa Caroline Wozniacki, la bielorrusa Victoria Azarenka y la rusa Maria Sharapova.
Si por el contrario la tenista polaca pierde ante Serena Williams, Azarenka sucederá a Sharapova en el liderato del ranking mundial.
Eliminada en octavos de final en el Abierto de Australia, Williams sufrió una dolorosa derrota en la primera ronda de Roland Garros. Desde entonces, llevó a cabo duros entrenamientos, siguiendo los consejos del entrenador francés Patrick Mouratoglou.
Después de un inicio de torneo suave, empezó a mostrar su tenis más intenso ante la checa Petra Kvitova en cuartos de final. En semifinales, venció a Azarenka (6-3 y 7-6) a base de servicios directos, 24 en total, cifra récord en Wimbledon.
"Radwanska tiene una gran mano y lo hace todo bien. Si no juego al cien por cien no ganaré. Ella fue más constante que yo este año", dijo Williams, que se mantiene prudente de cara a la gran final.
En el campo de la potencia, la frágil Radwanska (1'72 m, 56 kg) no juega en la misma categoría que Serena (1'75 m, 70 kg).
La polaca hizo menos puntos de saque directo desde el inicio del torneo (14) que la estadounidense en el segundo set de su semifinal (16, 85 en el total del torneo).
Sin embargo, Radwanska compensa estos datos con su inteligencia y su variedad de golpes.
Las dos jugadoras no han jugado desde 2008, cuando Serena Williams se impuso dos veces a la tenista polaca con facilidad.
"Realmente no tengo nada que perder, voy a dar lo mejor de mí", prometió Radwanska de cara a la final de Wimbledon.
AFP