Ante la escalada del conflicto, Francia, que en agosto asumirá la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, pedirá una reunión de urgencia a nivel de ministros de Relaciones Exteriores de esa instancia, según el ministro francés titular de la cartera, Laurent Fabius.
"El ejército tomó el control de parte del barrio de Salahedín y prosigue su ofensiva", declaró una fuente de la seguridad en Damasco.
Interrogado telefónicamente por la AFP, el coronel Abdel Jabar al Oqaidi, jefe del consejo militar rebelde en Alepo, desmintió esta información y afirmó que las tropas gubernamentales "no habían avanzado ni un metro".
"En la noche hemos rechazado un nuevo asalto contra Salahedín, y hemos destruido cuatro tanques", afirmó el coronel Al Oqaidi que en la víspera pidió a Occidente instaurar una zona de exclusión aérea en el norte de Siria, acusando al régimen de preparar "una matanza" en Alepo.
Por su parte, los rebeldes afirmaron haber tomado el control de un punto de acceso estratégico entre Alepo y Turquía.
"El puesto de control de Anadan, a 5 km al noroeste de Alepo, fue tomado a las 05H00 (02H00 GMT) después de diez horas de combates", afirmó el general rebelde Ferzat Abdel Nasser.
Seis soldados murieron y 25 fueron capturados, indicó el general, añadiendo que les rebeldes perdieron cuatro hombres.
Desde el domingo en la noche, la agencia oficial siria Sana había anunciado que los soldados estaban "limpiando" la zona de Salahedín de "terroristas", apelación dada por las autoridades a los rebeldes.
En lo inmediato, no era posible conocer la verdadera situación en el terreno debido a los combates que limitan el desplazamiento de los periodistas.
Desde el sábado, cuando comenzó la ofensiva del ejército para recuperar el control de Alepo, situado a 355 kilómetros al norte de Damasco, los rebeldes afirman resistir los asaltos del ejército contra sus posición, al tiempo que reclaman armas a los países "amigos" para vencer las tropas gubernamentales poderosamente armadas.
El control de esta ciudad está considerado como algo crucial en el conflicto iniciado hace 16 meses por una revuelta popular que se hizo armada frente a la represión del régimen.
Las tropas sirias bombardean mediante artillería pesada y desde helicópteros los barrios rebeldes, entre ellos los de Salahedín, Sajur y Zahira, escenario de violentos combates, según militantes en el terreno y el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH).
El OSDH había afirmado que "los soldados cercaron varias zonas en poder de los rebeldes" para aislarlos e impedirles recibir refuerzos.
El frente de Alepo fue abierto el 20 de julio y el asalto del ejército se inició el sábado después de la llegada de refuerzos militares a la ciudad.
En los últimos dos días, los bombardeos de esta ciudad de 2,5 millones de habitantes y sus alrededores causó el desplazamiento de unas 200.000 personas, según la responsable de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, que pidió que las organizaciones humanitarias puedan "acceder en seguridad" a Alepo.
En visita a Irán, principal aliado de Damasco en la región, el jefe de la diplomacia siria Walid Mualem aseguró que los rebeldes serían "vencidos" en Alepo y en todo el país, acusando a "Catar, Arabia Saudí, Turquía y los países extranjeros" de apoyar a los insurgentes entregándoles armas.
Para el secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, "Alepo constituye un nuevo ejemplo trágico de la violencia ciega a la que recurre el régimen de Asad contra su propio pueblo. Al fin y al cabo está cavando su propia tumba", comentó al iniciar un gira por la región.
El presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, Abdel Basset Sayda, pidió a los países "hermanos" y "amigos" que armen a los miembros del ESL que combaten "con armas anticuadas".
"Queremos armas que nos permitan detener los tanques y los aviones de combate", dijo.