Tras las amenazas y la llave ante Atenas, García Morales piensa en el exterior

Leandro García Morales está cansado del ambiente del básquetbol uruguayo. En su primera nota después de la llave que su equipo le ganó a Atenas por un lugar en la final de la Liga y de la amenaza que le realizaron en la puerta de su casa, le cuenta a 180 lo que pasó. Dice que lo ayudó su perro, que está cansado que haya equipos que quieran ganar de pesado y que las chances de seguir jugando en Uruguay son mínimas.

Actualizado: 10 de marzo de 2009 —  Por: Diego Muñoz

Tras las amenazas y la llave ante Atenas, García Morales piensa en el exterior

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El viernes a la medianoche terminó el partido que Biguá le ganó a Atenas con 43 puntos de García Morales. A las 10 y 30 del sábado está en el club para entrenar. En la cafetería pide un cortado y un sándwich caliente antes de romper el silencio y contar lo que pasó aquella tarde en la puerta de su casa.

- ¿Fue tu partido más difícil?

- Creo que si. Yo venía con este tema desde hace algunos partidos pero el del viernes era ganar o quedar afuera.

- Pero, además, lo de la amenaza tomó conocimiento público el mismo día del partido.

- Todo eso influye.

- ¿Vos cómo pasaste el viernes?

- Y… me enteré de todo lo que salió. Porque toda mi familia y mi entorno no hacen como yo que el día del partido apago el teléfono y pienso solo en el juego. Entonces cuando una noticia trasciende como lo hizo esta, se preocupan. Me llamaron los familiares que no veo a diario porque hubo un montón de versiones que, hasta ahora que estoy hablando por primera vez, fueron especulaciones y cosas que yo, que fui el que la viví, jamás dije.

- ¿Y qué pasó?

- El día del segundo partido, que era a las siete, estaba saliendo de casa sobre las cinco de la tarde y vinieron tres personas a tocarme timbre. Yo no los conocía pero se hicieron saber como hinchas de Atenas y fueron a hacer la clásica apretada. Me dijeron que Atenas tenía que ponerse dos a cero y que tratara de jugar mal porque ellos estaban en mi casa para demostrarme que sabían dónde vivía mi familia y yo. Que no me hiciera el vivo...

- ¿Vos abriste la puerta y te los encontraste o hay una reja que te separaba?

- Yo tengo una casa que tiene una reja grande y cuando tocan el timbre ya me estaba cambiando para irme. Abrí la puerta y mi perro salió primero. El perro se puso nervioso porque era gente que no conocía pero yo salí porque en el barrio muchas veces tocan timbre para pedir ropa o comida. Y, enseguida, empezaron a gritar “Atenas gana hoy y se pone dos a cero” a lo que yo le respondí que se estaban desubicando. “Yo vivo acá con mi familia, no tiene nada que ver lo que están haciendo”, les dije. Volvieron a gritar: “a nosotros no nos importa nada, sabemos que vos vivís acá y Atenas tiene que ganar hoy y llegar a la final”. Levantaron la voz y mi perro que es bastante grande se puso muy nervioso, empezó a ladrar, la cosa se puso medio tensa y se fueron. No sé qué hubiera pasado si no estaba el perro. Capaz que se quedaban ahí un rato más o no me hacían algo más.

- ¿Eran tres?

- Sí, pero yo hablé con uno. Los otros dos estaban ahí pero no hablaron

- ¿Eran tipos grandes?

- Eran normales. Personas normales, vestidas normales. Todo normal.

- ¿Tuviste miedo en algún momento?

- Cuando estuve con esa gente ahí al principio no entendía lo que estaba pasando y después me entró un poquito de nerviosismo pensando que estos tarados capaz que me hacían algo.

- ¿Te había pasado alguna vez?

- No. Yo viví un tiempo cerca de la cancha de Atenas y más allá de que sabemos que la gente de Atenas es complicada nunca me había pasado. Que se preocuparan por saber dónde vivo y que fueran a mi casa es demasiado.

- Y te fuiste para el Cilindro.

- Si. Me quedé pensando: “¡qué estupidez!”. Me molestó muchísimo que vengan a mi casa donde estoy con mi familia. Esas cosas molestan y me pareció una cosa fuera de lugar.

- Llegaste, jugaste e hiciste 37 puntos.

  1. Si. Jugué y no comenté nada del asunto hasta el otro día donde me llamaron y me dijeron que tuviera cuidado porque se estaba rumoreando que iban a ir a apretarme a mi casa, entonces fui al club y lo comenté con el dirigente Chiqui Scorza al que le pedí que no comentara nada hasta que terminara la serie.

- ¿Por qué?

- Porque me parece que si hubiera salido a hablar de eso, hubieran entrado cosas a la serie que no eran las que tenían que pasar. Lo que pasó el viernes fue una fiesta del básquetbol por lo que yo creía que no tenía que trascender hasta el final, salvo que hubiera otro incidente similar y que ameritara hacer una denuncia, porque ellos lo iban a tomar como de hecho lo tomaron. Además a mi me llamó gente de mi familia para preguntarme si me había mudado de mi casa o si me amenazaron con una pistola. Una ridiculez que me parece poco serio que después termina como terminó, con gente de Atenas especulando con que yo tenía una lesión y que quería estirar dos días más la definición.

- ¿Vos estás lesionado?

- No tengo ninguna lesión. Ninguna lesión. A esta altura del año el que no tenga algún dolor en el cuerpo no ha jugado pero no tengo ninguna lesión puntual ni nada. No pasa por ahí. Jamás estuvo en discusión si iba a jugar o no.

- El Chiqui te ofreció hacer la denuncia y vos dijiste que no.

- Si. Me dijeron que hiciera la denuncia y yo les dije mirá “voy a hacer la denuncia, voy a perder tiempo. No sé a quién estoy denunciando, no va a pasar nada. Lo único que vamos a hacer es jugar la serie fuera de la cancha también. Y no es la intención ni nos conviene y menos con Atenas”. Yo creí que era mejor mantener la reserva pero no me hizo caso, fue y habló con la gente de Atenas para decirle lo que estaba pasando. Los directivos le dijeron que ellos no podían responder por toda la gente de Atenas, algo lógico por otra parte.

- ¿Vos y tu familia siguieron con la vida normal?

- Si. Ese día ganamos, el tercero también lo ganamos, después ellos empataron y a partir de ahí empezaron a manejar esto. Yo no hablé con nadie, esta es la primera vez que cuento lo que pasó así que tengo que pensar que fue alguien de Atenas o Chiqui que le comentó a alguien del periodismo porque no lo quiso ocultar.

- El viernes sale todo en tapa de los diarios y demás.

- Yo no sabía que había salido en los diarios pero a la salida del entrenamiento escuché la audición de básquetbol y estaba hablando el dirigente de Biguá Pablo Abeal -en representación mía o algo así, en una cosa que no me gustó- y del otro lado estaba alguien de Atenas diciéndose cosas uno a otro.

- Vos querías ganar y después hablar.

- Exacto. Yo no tenía ganas de decir lo que había pasado para que la serie se jugara solo adentro de la cancha. Porque además sabía que cuando se hiciera público se iban a empezar a manejar un montón de cosas más como lo que dijeron de que nosotros no éramos “tan santos”, que habíamos querido comprar a los extranjeros. Todo eso de (los periodistas argentinos de chimentos Jorge) Rial y (Viviana) Canosa que no quería que pasara y fue lo que terminó pasando.

- El viernes exteriorizaste como nunca. ¿Fue por todo lo que pasó?

- Sin duda. Primero que para nosotros es muy importante porque no veníamos jugando bien. Y era el momento de apretar los dientes y hacer como hacen ellos, que cada vez que hacen un doble gritan como si fuera el último de la vida y festejan con la tribuna. Yo considero que soy una persona muy correcta, jamás festejo un doble, ni le digo nada a los rivales. Pero el viernes con todo lo que había pasado tenía ganas de gritar los dobles y los grité.

- ¿Qué valoración hacés sobre lo que te pasó a vos y a varios dirigentes de la Federación Uruguaya de Básquetbol?

- Son cosas que obviamente no deberían pasar pero estamos en un país donde lamentablemente pasan. Somos tercer mundo en ese sentido y uno estando acá tiene que saber que son cosas normales. Nadie en el ambiente del básquetbol se asombró con lo que me pasó. Pero también te da para pensar. Yo hablé con mi señora la otra noche de que son muy pocas las chances de que yo vuelva a jugar acá el año que viene otra vez. Sé que no va a pasar más nada y que ya está.

- ¿Vos decís que la amenaza terminó ahí?

- Si. Yo creo que son tres pelotudos que vinieron a joder pero estas cosas no me gustan. Las hinchadas pesadas, las apretadas y todas esas cosas me tienen bastante cansado. En otro lado uno juega, gana o pierde y listo. No es que si gritás los goles porque los gritás y si no los gritás es porque sos “pizarrero” y “vamos a ganarles cagándolos a trompadas”. Esas cosas para mi no suman para nada. Yo me quedé acá por un tema económico pero llegó el momento de cerrar el ciclo e irme otra vez para afuera.

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