El proyecto, que deberá ser tratado en el Senado, obliga a incorporar alimentos aptos para celíacos y a controlar que "no se priorice" la venta de alimentos, productos alimentarios o bebidas que contengan azúcares simples, grasas saturadas o trans y sal agregada.
El Ministerio de Salud Pública se encargará de confeccionar un listado de alimentos saludables y los expendedores de alimentos de los centros de enseñanza tendrán la obligación de ofrecerlos. También deberá determinar cuáles productos no podrán ser promocionados, ya que el proyecto prohíbe la publicidad de los que tienen alto porcentaje de azúcares
El diputado Javier García, quien presentó el proyecto, dijo a 180 que no hubo ningún tipo de oposición al proyecto de parte de los diferentes partidos.
El diputado nacionalista destacó la participación de la academia para la elaboración del proyecto, ya que la iniciativa partió del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Montevideo, y también realizaron aportes la Academia Nacional de Medicina y la Asociación Uruguaya de Pediatría. García consideró que este tema fue “un buen ejemplo de dos mundos que no siempre están juntos, que están divorciados muchas veces: el académico y el político”.
El proyecto agrega que no podrá haber saleros visibles en las escuelas y liceos y que el Ministerio de Salud Pública deberá realizar campañas para educar a la población sobre las enfermedades crónicas no transmisibles y para promocionar hábitos de vida saludable.
García, médico de profesión, dijo que “Uruguay epidemiológicamente tiene una situación muy fuerte. Siete de cada diez muertes son producidas por las enfermedades crónicas no transmisibles, que son las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y cáncer”. El objetivo de la ley es “atacar uno de los principales factores de riesgo de estas enfermedades que es la mala alimentación”.
“Adentro del aula se enseña a vivir mejor y en las cantinas se venden por muy poca plata alimentos que son perjudiciales”, dijo García. “Por 10 pesos se accede a papas fritas, bolsitas muy bien presentadas que son una bomba de sal y grasa que va directamente al sistema vascular”, agregó.
El proyecto había sido presentado en agosto de 2011, por lo que “en términos parlamentarios” su tratamiento “fue bastante breve”, dijo García.
