El trío dinamita

Peñarol le ganó 2 a 1 a Cerro con dos goles de Marcelo Zalayeta. El poder ofensivo del tridente Zalayeta-Olivera-Grossmüller hizo la diferencia en un partido en el que el carbonero no jugó bien.

Actualizado: 23 de setiembre de 2012 —  Por: Diego Muñoz

El trío dinamita

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En la mayoría de los 105x68 metros que tiene el campo de juego del Centenario, Peñarol y Cerro fueron parejos. Jugaron un partido luchado, con buen ritmo y sin brillo.

Sin embargo hubo una parte del terreno donde el carbonero tuvo una diferencia notoria respecto del albiceleste: en el área rival.

Desde el comienzo quedó claro que el peso ofensivo de Peñarol era notoriamente superior al de Cerro. Cada vez que la pelota se acercaba al arco de Matías Rolero había una sensación de peligro inminente. Más allá de que no terminara siendo una jugada de peligro, la sola presencia de Zalayeta y Olivera tornaba inquietante cualquier avance.

En el arco de enfrente eso no pasaba. César Falleti hacía todo lo que podía pero sus compañeros no lograban generar la imagen de un equipo poderoso cerca del arco adversario.

El peso de Zalayeta-Olivera-Grossmüller no lo pudo aguantar Cerro. Ahí estuvo la diferencia. Por eso ganó Peñarol.

El albiceleste salió con el libreto aprendido. Insistió por el costado de un flojo Alejandro González y logró el desequilibrio con buenas triangulaciones. Pero los intentos murieron ahí.

Mientras, Peñarol se debatía sin ideas y jugaba al pelotazo. No había espacio para subidas demasiado profundas por los laterales y en el medio el partido se atascaba. Pero aún con falta de fútbol asociado Olivera y Zalayeta resultaban difíciles de controlar.

Sobre los 28 minutos Grossmüller hizo su primera aparición decisiva desde que llegó. Habilitó dentro del área a Cristóforo quien envió al medio para Zalayeta. El goleador tocó al fondo del arco de la Ámsterdam para el 1 a 0.

Primer gol de Zalayeta en Fútbol por 180

Cerro respondió al instante con Falleti, el mejor de su equipo. Darío lo derribó en la medialuna. El tiro libre lo envió al corner Enrique Bologna.

Pocos minutos después Zalayeta y Olivera combinaron, la bola derivó para Grossmüller que desparramó dos rivales pero no pudo rematar.

En el segundo tiempo el partido mantenía las características. Era parejo y con ritmo. A los dos les costaba armar jugadas. Se jugaba fuerte pero sin mala intención. La diferencia era que un equipo tenía delanteros que generaban peligro y el otro no.

Sobre los 73 minutos Grossmüller demostró por qué le dicen Maravilla. Puso un pase genial para Zalayeta quien marcó el segundo.

Segundo gol de Zalayeta en Fútbol por 180

El partido pareció liquidado. Cerro sumaba hombres al ataque pero ninguno podía inquietar. Hasta que Bologna se equivocó y Fabián Trujillo descontó.

Los 10 minutos finales fueron tensos pero a pesar de la entrega Cerro no se acercó al empate.

Peñarol ganó su segundo partido consecutivo gracias a un tridente de miedo para cualquier rival. Ningún otro equipo en el fútbol uruguayo puede desarrollar ese potencial ofensivo. Pero sigue lejos de una imagen consolidada como equipo e incluso su demostración colectiva fue inferior a la mostrada ante Bella Vista. Esta vez alcanzó con el trío dinamita. Pero para el campeonato necesita una solidez que todavía no expuso.