La trama de la red de prostitución VIP

El libro "Sueños rotos" del periodista Javier Benech desarrolla los casos de proxenetismo en Uruguay que llevaron al procesamiento de tres personas en febrero de este año por su participación en una red de prostitución VIP. Según el libro, la justicia investiga la participación del empresario Pablo Bentancur, representante de futbolistas, en esta red.

Actualizado: 06 de octubre de 2012 —  Por: Redacción 180

La trama de la red de prostitución VIP

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El libro, que contiene el auto de procesamiento firmado por Graciela Gatti y una entrevista a la jueza, incluye escuchas telefónicas y los nombres de las personas públicas involucradas en el caso de la red de prostitución VIP desbaratada en febrero de este año.

Daniel Rodriguez fue procesado con prisión por delito de proxenetismo y contribución a la explotación sexual de menores. Él tuvo durante cuatro años una fachada a partir de dos supuestas agencias de modelos. Conseguía a las jóvenes a partir de avisos en el diario y les ofrecía trabajar como prostitutas. Según el fallo, “los precios a pagarse eran variables pero rondaban los 1500 pesos por ‘servicio’ y este duraba entre una hora y media o dos y en general, se llevaban a cabo en un motel céntrico”.

José Miguel Acosta también fue procesado con prisión por proxenetismo y trata de personas en la modalidad de reclutamiento con fines de explotación sexual. Él declaró tener una agencia de modelos pero en realidad la empresa no existía y Acosta ni siquiera contaba "con capital como para actuar en el ámbito comercial", dice el fallo.

También fue procesada pero sin prisión la madre de Rodríguez, quien cobraba el dinero en locales de pagos y se lo entregaba a su hijo.

Los proxenetas captaban a las jóvenes y les prometían fama, es decir, participar de eventos y desfiles y salir en la televisión. Bajo estos términos, un grupo de chicas viajó a Buenos Aires y terminó en "un galpón" de Palermo teniendo relaciones sexuales en una orgía. Luego de eso, dos chicas también mantuvieron relaciones con dos amigos del proxeneta a cambio de 300 dólares y luego regresaron a Uruguay por sus propios medios.

Según el libro, el empresario Pablo Bentancur “era un frecuente usuario de las prostitutas que reclutaba José Miguel Acosta” y afirma que “diversos investigadores tienen la convicción de que el rol de Bentancur en esta organización va mucho más lejos que eso” ya que “según fuentes policiales y judiciales, el contratista aparece presuntamente vinculado a la organización delictiva”.

“Bentancur podría haber aprovechado algunos de los vínculos que le deparó el fútbol para montar una red de prostitución destinada a satisfacer los deseos sexuales de futbolistas y dirigentes de clubes europeos”, agrega.

En uno de los diálogos registrados entre Acosta y Bentancur, el empresario futbolístico dice: "La morocha es más fácil para ligarla. Traeme la morocha", y agrega: "No la asustes como que va a coger, decile: 'te va a presentar una agencia, hay una carta de invitación de una agencia italiana', ¿entendés?".

Además, el libro menciona como clientes a los uruguayos Rodolfo Apardian, dueño del boliche Azabache, y Eduardo Realini, comerciante de antigüedades.

En una de las conversaciones entre Acosta y Realini, este último pregunta: "¿No tenés una nena linda para traer?", a lo que Acosta responde que le conseguirá "alguna". Ante eso, Realini dijo: "Dale, traela que tengo unas ganas de coger que no puedo más".

También se destaca como clientes a los argentinos Daniel Mautone, propietario de los casinos Victoria, y Gerardo Werthein, dueño de la empresa telefónica Personal. Además, una joven declaró que le ofrecieron "un encuentro" con Marcelo Tinelli, pero no llegó a concretarse.

En la entrevista a Graciela Gatti, la jueza opina que este caso refleja un problema de valores ya que "para algún sector de la sociedad 'todo vale' con tal de aparecer unos segundos en televisión".