La inflación acumulada hasta julio de este año era de 4,41%, y este registro fue más auspicioso que el de julio de 2011, cuando se alcanzó una inflación acumulada de 5,50%.
Sin embargo, en agosto y setiembre de este año la inflación saltó más de dos puntos y alcanzó el registro acumulado de 6,67%. Este salto tuvo la particularidad de estar impulsado, en gran medida, por el aumento en la división Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, una división especialmente sensible para los hogares de ingresos bajos y medios, que gastan buena parte de su presupuesto mensual en productos de este tipo.
A su vez, desde el Comité de Política Monetaria el gobierno decidió aumentar la Tasa de Referencia en una clara señal de intento de combate a la inflación. La consecuencia de esta medida fue la inmediata caída del dólar, que pasó de estar a casi 22 pesos a rondar los 20 pesos, lo que generó un impacto negativo en la competitividad, algo especialmente sensible en la relación con Brasil, nuestro principal socio comercial.
La situación llevó a que el gobierno buscara implementar medidas heterodoxas para el control de la inflación, que no implicaran al mismo tiempo seguir afectando la competitividad.
Por eso el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) lideró una serie de iniciativas en las que acordó con la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU) congelar los precios de los productos a excepción de carnes y vegetales y ofrecer una canasta de productos rebajados. Además, se conversó con el sector avícola y con los frigoríficos para tratar de acordar algunas políticas de precios en estos sectores.
Este jueves lo que se podrá ver reflejado en alguna medida en el IPC es el acuerdo con los supermercados que está vigente desde el 12 de octubre.
Esta medida está compuesta por dos caras: el congelamiento de precios por un lado y una canasta con 10% de descuento en sus productos. Sin embargo, aunque se anunció que eran 200 los productos con precios congelados, la verdadera composición de esta canasta es bastante menor en cantidad de productos si no se toman como productos distintos los diez sabores de jugos Tang o los nueve de yogur Biotop.
El presidente de la Asociación de Supermercados, Fernando Vieites, conversó sobre este punto con No toquen nada (Océano FM) y dijo que a la diferenciación por sabores, tamaños y fragancias se les llama “categorías” de productos dentro de una “familia”. “Creo que ni siquiera tenemos en la canasta básica 200 familias”, dijo.
Por otro lado, no habrá una forma oficial de monitorear el comportamiento de los supermercados respecto a los precios de sus productos hasta fin de año. Desde el gobierno, el director de la Asesoría Macroeconómica del MEF, Andrés Masoller, fue claro: es un acuerdo voluntario y una decisión de colaboración que tomaron los supermercados y sus proveedores (la Cámara de Industrias del Uruguay también forma parte del acuerdo). Por eso no habrá un seguimiento especial y, en todo caso, el control será ciudadano, desde la perspectiva de los consumidores.
Sí se podrá tener un monitoreo indirecto mediante el Sistema de Información de Precios al Consumidor que lleva el Área de Defensa del Consumidor del MEF y, también, aunque menos directamente, a través del IPC.
Carnes
Respecto a los anuncios realizados desde el Instituto Nacional de Carnes (INAC) también hay algunas puntualizaciones. El presidente de la Unión de Vendedores de Carne manifestó a No toquen nada dudas respecto al impacto real de las anunciadas bajas del pollo y el asado.
El INAC informó el miércoles en su sitio web que se llegó a un acuerdo con la Cámara Uruguaya de Procesadores de Avícolas (CUPRA) para ofrecer pollo de exportación a 50 pesos el kilo. El INAC también anunció que se confirmó una baja generalizada de 5 pesos en el asado vacuno.
Rafael Rodríguez, presidente de los carniceros de Montevideo, dijo a No toquen nada que el pollo a 50 pesos que se ofrecerá no es el pollo que los uruguayos están acostumbrados a comer y que al exterior se está vendiendo a 1,7 dólares. Respecto al asado dijo que la baja que él recibió fue de 3 y no de 5 pesos.
“Creo que le pueden haber dicho al INAC que iban a bajar todos (los asados) 5 pesos, y después no lo concretaron”, dijo Rodríguez.
Según información publicada en el sitio web del INAC, el precio de la media res de novillo en la primera semana del año fue de 87,14 pesos, en la primera semana de junio fue de 79,41 (precio mínimo del año) y en la última semana estudiada (cerrada al 20 de octubre) fue de 92,77 (precio máximo del año).
Por otra parte, el precio de la “carne de ave” según el Índice de Precios del Consumo medido por el INE evolucionó de la siguiente manera: en enero era de 97,61, en abril era de 106,48 (lo que significó un aumento del 9% en cuatro meses), en julio fue de 94,57 (disminución del 12% en tres meses) y en setiembre fue de 99,05 (aumento del 5,5% en dos meses).
El comunicado del INAC emitido el martes anuncia que a partir del 5 de noviembre estará a la venta a los comercios el “pollo CUPRA Exportación” a 50 pesos el kilo. Además, el INAC señala que “las empresas integrantes de CUPRA aspiran a que todos los integrantes de la cadena avícola colaboren con el esfuerzo que el país requiere con el fin de lograr que el pollo referido no sobrepase el valor de sesenta pesos al público por kilogramo”.
Desde la Unión de Vendedores de Carne, Rodríguez dijo que no está especificado qué tipo de pollo es el que se venderá a 50 pesos, si será de 1 kilo o de 2 kilos, como los que acostumbra consumir la población uruguaya. El INAC considera además que CUPRA es el 100% de los exportadores y el 85% del mercado interno.
“Creo que eso debiera de tener una aclaración para que no sea confuso”, sostuvo Rodríguez.
Por otra parte, Rodríguez considera que las avícolas están exportando a menor precio de lo que venden al mercado interno y no tienen en cuenta en el límite de 60 pesos la ecuación de costos de los vendedores finales del producto.
“¿Cómo puede ser que para afuera se vaya a 1 dólar 70 el pollo cuando en Uruguay se ha hecho el esfuerzo de sacarle todos los impuestos, y lo quieran cobrar 50 pesos al comerciante? El comerciante a eso le tiene que agregar los impuestos que él sí tiene que pagar, más sus utilidades y costos de funcionamiento. No va a haber un pollo a 60 pesos el kilo si cuesta 50 de costo”, señaló.
Informe de Ricardo Leiva para No toquen nada
