El veredicto podría conocerse el jueves por la tarde, señaló el portavoz del tribunal, Franz Cutka, quien se negó a revelar detalle alguno sobre la actitud de Fritzl, de 73 años, cuando vio el vídeo con el testimonio de su hija y tampoco dio detalles sobre qué le preguntaron los jueces al respecto.
"Josef Fritzl ya ha dicho todo", declaró a la AFP poco antes de la apertura de la sesión el abogado del acusado, Rudolf Mayer. El rostro del acusado pudo ser fotografiado por primera vez el martes. El lunes, Fritzl había ocultado su cara tras una gran carpeta azul y se había declarado culpable de incesto, violación y secuestro pero no de asesinato y esclavitud.
Elisabeth, que hoy tiene 42 años, grabó su testimonio en un vídeo que duró once horas y cuyos primeros fragmentos fueron mostrados el lunes. En él, la víctima recuerda "el martirio inimaginable" infligido por su padre que la utilizaba "como un juguete", según dijo la fiscal Christine Burkheiser. La grabación fue vista parcialmente el martes por el tribunal, que lo seguirá estudiando durante la semana.
Tras la lectura el lunes de las 27 páginas del acta de acusación, Fritzl negó la responsabilidad en la muerte -en 1996- de uno de los siete hijos del incesto al que podría haberle negado atención médica exterior dos días después de su nacimiento. El bebé murió en el sótano de su casa de Amstetten (130 km al este de Viena).
En Austria, la acusación de asesinato puede llevar la pena de cadena perpetua. Al testimonio de Elisabeth, se sumó un testimonio de una hora de un hermano de Elisabeth, Harald, que también fue grabado en vídeo.
Los jueces tendrán que contentarse con esos testimonios, dado que los hijos y los otros hermanos de Elisabeth se negaron a testificar, así como también se negó la esposa de Fritzl, Rosemarie, como les permite la ley austríaca.
Para apoyar la acusación de asesinato, el tribunal oyó el martes el informe de un experto en neonatología para intentar demostrar la responsabilidad de Fritzl en la muerte del recién nacido. Para este miércoles está programada la intervención de la experta psiquiátrica, Adelheid Kastner, que en un informe (del que algunos fragmentos se filtraron a la prensa) determinó la responsabilidad penal del acusado si bien subrayó que sufre de problemas de personalidad.
