Sánchez explicó que los fragmentos del meteorito que cayeron en Rusia pertenecen a un mismo meteorito, pero el fenómeno se dio en diferentes lugares porque la tierra va girando.
Sánchez refirió a estudios de distintos astrónomos sobre las probabilidades de que un objeto de tal tamaño impacte con la tierra con tal energía, como sucedió en Rusia. "En 1908, en la Siberia rusa cayó un meteorito del que nunca se encontraron los restos porque se desintegró, pero con su onda expansiva tiró kilómetros y kilómetros de árboles. Las probabilidades son que cada 100 años ocurra un episodio así con un meteorito de este tamaño. Ahora ocurrió de nuevo y se dio otra vez en Rusia", contó.
La astrónoma dijo que en estos casos no hay forma saber que el meteorito va a impactar con la Tierra. "Dependiendo del tamaño de objeto, se puede prever, cuando más grande es, más posibilidades hay de detectarlo. Éste que cayó no se esperaba, no estaba registrado. Hay una sola ciudad donde llegó a interactuar con un edificio y rompió unas estructuras. La mayoría de los lesionados se lastimaron por la onda expansiva, que provocó cortes de vidrios, pero no hubo daños importantes", señaló.
Además, Sánchez se refirió al asteroide 2012 DA 14, que pasó a unos 27 mil kilómetros de la Tierra. "Todos los objetos, potencialmente cercanos a la tierra o que se aproximan son monitoreados de manera sistemática”. Dijo que en este caso el asteroide tiene entre 45 y 90 metros. “Cuando son objetos tan grandes, los errores en el cálculo de la órbita son menores, no puede haber un fenómeno que diga que se desvió un poquitito, dicho de forma coloquial", explicó.
La NASA descartó que los fragmentos que cayeron en Rusia estén relacionados con el asteroide, pero las universidades rusas sostienen lo contrario. "Podría ocurrir que pequeños fragmentos ingresen a la órbita terrestre y en la atmósfera se vuelvan a fragmentar", dijo la astrónoma.
El asteroide 2012 DA 14 fue vigilado atentamente por la NASA.
Imágenes en directo desde un telescopio situado en el Observatorio Gingin en el oeste de Australia mostraron al asteroide, un cuerpo del sistema solar compuesto por rocas, metales y hielo, con una forma similar a un raya alargada blanca moviéndose a través de un cielo completamente negro.
Los astrónomos afirmaron que la velocidad y la proximidad del asteroide convirtieron en un reto mayor su seguimiento, ya que los telescopios tuvieron que ser dirigidos de una manera muy precisa que multiplicaba el riesgo de perderlo de vista.
El cuerpo celeste, de unas 135.000 toneladas, podría haber destruido, en caso de impacto, una gran ciudad. "Es el objeto más grande detectado por científicos que se haya aproximado a la Tierra", señaló la agencia espacial estadounidense.
Este cuerpo celeste es mucho más pequeño que el meteorito responsable de la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años, que tenía 10 kilómetros de diámetro.
"En promedio, un asteroide de esta envergadura se acerca a la Tierra cada 40 años, pero uno que amenace con chocar con nuestro planeta cada 1.200 años", precisó la semana pasada Donald Yeomans, director de la oficina de NEO (Near Earth Object, objetos cercanos a la Tierra) del Jet Propulsion Laboratory de la NASA durante una rueda de prensa telefónica.
Por ello, insistió en que no se debe temer: "La NASA da la más alta prioridad al rastreo de asteroides que cruzan cerca de la órbita terrestre con el fin de proteger nuestro planeta".
El 2012 DA 14 fue descubierto por casualidad por los astrónomos el pasado mes de febrero.
Los científicos han detectado alrededor de 9.500 cuerpos celestes de varios tamaños que pasan cerca de la Tierra, pero estiman que sólo se trata de una décima parte de los que existen en el espacio.