Por Humberto Márquez
"El cumpleaños número 50 puede convertirse en el primer borrador de una futura acta de defunción", dijo a IPS Héctor Moncayo, del colombiano Instituto de Estudios Legales Alternativos, una de las 42 organizaciones del Frente BID 50, que instala una "asamblea de los pueblos" en la misma ciudad, paralela al encuentro anual del Banco.
El BID también encaja críticas por haber perdido hasta 1.900 millones de dólares en su ejercicio 2008, como resultado de inversiones en "activos tóxicos", títulos respaldados por hipotecas "subprimes" o "basura", una pesada losa sobre la pretensión del Banco de conseguir una reposición de capital en medio de una crisis global en pleno desarrollo.
Los socios del BID son 48 países, China es el más nuevo, 23 son donantes netos y el mayor de ellos es Estados Unidos. Ellos decidirán en la Asamblea de este fin de semana si respaldan con una reposición de capital los financiamientos que el Banco proyecta para la región a lo largo de 2009, estimados en 18.000 millones de dólares.
El BID desembolsó entre 6.000 y 9.000 millones de dólares anuales en el último lustro, y la mayor parte del financiamiento (que llegó a 5.700 millones en 2007, último año con informe anual publicado) buscó fortalecer la infraestructura y la competitividad latinoamericana y caribeña en materia de exportaciones.
El sector privado obtuvo 920 millones de dólares para 20 proyectos en 2006 y 2.300 millones para 29 proyectos en 2007.
El Banco se ufana de haber llevado adelante operaciones que contribuyeron a reducir la pobreza, aumentar la equidad social y defender el ambiente, como los aportes a orquestas infantiles de Venezuela, al fortalecimiento de la atención de salud primaria en Argentina o al acceso a servicios básicos para indígenas en la cuenca del bajo río Urubamba, en Perú.
Sin embargo, el Frente BID 50 entregó a IPS un documento con críticas "al modelo de desarrollo promovido por el BID, que aumenta la desigualdad, da un trato privilegiado al sector empresarial privado y no ha tenido efecto alguno en la exclusión persistente de poblaciones, incluyendo a mujeres, indígenas y afrodescendientes".
“Considerando que el objetivo primordial desde la creación del BID (en 1959) ha sido acelerar el proceso de desarrollo sostenible, es válido preguntarse, ¿cómo después de 50 años de trabajo aún tenemos índices de pobreza, indigencia y desigualdad alarmantes?", cuestionó el argentino Diego Rodríguez, de la entidad Ciudadanía y Justicia Ambiental.
Luis Alberto Moreno, como su predecesor, el uruguayo Enrique Iglesias, ha insistido en la reducción de la pobreza como uno de los objetivos constantes del BID.
En su rendición de cuentas de 2007, Moreno sostuvo que "la región está demostrando que el crecimiento económico sigue siendo indispensable para combatir la pobreza, que disminuyó de 36,5% en 2006 al 35,1% en 2007, y la extrema pobreza, que bajó de 13,4 a 12,7%" de la población latinoamericana y caribeña en el mismo lapso. En números absolutos, los pobres pasaron de 194 a 190 millones de personas entre 2006 y 2007, y los indigentes de 71 a 69 millones.
El primero de los Objetivos de Desarrollo del Mileno consiste en reducir a la mitad, para 2015, la proporción de población en extrema pobreza que existía en 1990.
Otro cuestionamiento fue dirigido por Gabriel Strautman, de la no gubernamental Red Brasil sobre Instituciones Financieras Multilaterales, quien sostiene que los países socios del BID no deberían entregar más dinero a bancos "que han causado a lo largo de sus vidas impactos socio-ambientales irreversibles".
Desde otro ángulo, el senador Lugar ha interrogado a Moreno y a la directiva del BID sobre la secuencia de decisiones que llevaron al Banco a perder unos 1.900 millones de dólares, el impacto de esas pérdidas en futuras operaciones, y las reformas que son precisas para asegurar que no se repitan.
Moreno respondió que los activos que se perdieron estaban clasificados como Triple A (muy buenos) en el momento de su adquisición y sostuvo que "esas pérdidas en el portafolio de colocaciones no pondrán en riesgo la misión del BID de apoyar el desarrollo económico y social" de América Latina y el Caribe.